Podemos abre la carrera de las elecciones municipales

La formación morada se fija como objetivo prioritario mantener los gobiernos en los "ayuntamientos del cambio".

Pablo Iglesias e Irene Montero celebran los resultados de los comicios generales de 2016.
Pablo Iglesias e Irene Montero celebran los resultados de los comicios generales de 2016.
G. Julien/Afp

Falta aún más de un año, pero Podemos ya se ha puesto en modo electoral para afrontar las elecciones europeas, autonómicas y municipales del 26 de mayo 2019. De los cuatro grandes partidos nacionales, el de Pablo Iglesias es el primero en mover ficha. El pistoletazo de salida se dará el próximo sábado. Para ese día ha programado un gran acto con la militancia que ha bautizado ‘En Marcha 2019’. Será el momento para que "toda la organización se ponga a trabajar" y levantar los ánimos en un partido al que las encuestas han vapuleado durante los últimos meses.

El hecho de que Podemos haya comenzado a preparar las citas electorales con tanto adelanto se explica por un motivo que afecta a todos los partidos nacionales por igual, según apunta el politólogo Pablo Simón. "Antes, con Cataluña como único punto en la agenda política, no interesaba apresurarse para evitar el desgaste. Pero ahora han surgido los debates de las pensiones, la igualdad de género o la prisión permanente revisable y todos quieren rascar votos", explica el también profesor de la Universidad Carlos III.

En el discurso oficial, como no podía ser menos, el objetivo es ser la primera fuerza en cada una de las convocatorias electorales. Ya lo dijo Iglesias cuando compareció en la triunfante noche de las europeas de mayo de 2104: "No hemos nacido para ser una fuerza testimonial, hemos nacido para ganar". No obstante, el verdadero reto, el realista, está en las elecciones municipales. Allí se juega su joya de la corona, "los ayuntamientos del cambio". En Madrid, Barcelona, Cádiz, La Coruña, Santiago de Compostela o Zaragoza el electorado examinará la gestión de los gobiernos podemistas y se pondrá a prueba la manida frase de su secretario general de que "Podemos no solo ha demostrado que puede ganar, sino que puede gobernar mejor".

El partido se volcará por mantener todos los ayuntamientos del cambio, pero lograrlo en Madrid y Barcelona es prioritario. En la capital todo está a expensas de lo que decida Manuela Carmena. Si la alcaldesa, de 74 años, decide no repetir, la primera opción de la dirección morada es el general Julio Rodríguez, al que su pasado militar ya restó esenciales apoyos por la izquierda en sus dos intentos fallidos para lograr un escaño en el Congreso. Una lista liderada por Carmena y que esta dejara paso a mitad de mandato a Rodríguez sería una alternativa satisfactoria para Podemos.

En Barcelona todo está en manos de Ada Colau. No obstante, los resultados de las elecciones catalanas encendieron las alarmas. Los comunes se vieron relegados a la quinta posición en la Ciudad Condal, por detrás incluso de un PSC en horas bajas, pero la confianza en el tirón de la alcaldesa es máxima.

En las autonómicas el margen de Podemos es mucho menor. Salvo sorpresas mayúsculas a lo largo del próximo año, solo tendría opciones de dar la campanada en Madrid. Aquí se da por descontado que el candidato será Íñigo Errejón. Tras más de un año en segundo plano a causa de su derrota de Vistalegre 2, el exnúmero dos del partido aspira a todo. En 2015, socialistas y morados se quedaron a un escaño de sumar la mayoría absoluta y Errejón confía ahora en superar al PSOE en votos y encabezar una coalición de izquierda tras 24 años ininterrumpidos de gobierno popular.

Las elecciones de 2019 serán una prueba de fuego para el proyecto con el que Iglesias aún confía en llegar a la Moncloa en 2020. Un batacazo en los comicios pondría en cuestión la línea a seguir. Ganar poder autonómico y municipal, en cambio, volvería a colocar a Iglesias en posiciones de salida para las generales.

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