Mitin en domingo en Zaragoza...

Soy asiduo a Aragón. He venido en momentos muy importantes para el PSOE. La primera asamblea abierta o la primera ejecutiva fuera de Ferraz las celebramos aquí. Aragón votó cambio en las autonómicas de hace un año y lo mismo pasará el 26-J.

¿Qué balance hace de la campaña hasta el momento?

Nuestro adversario solo es la abstención. Un problema no se resuelve con otro problema y el PSOE es la única solución porque representamos un cambio que suma derechos y oportunidades y, sobre todo, que no resta.

La encuesta de HERALDO lo sitúa como tercera fuerza, ¿cómo afronta la posibilidad de quedar por detrás de Podemos?

Lo que dice es que hay numerosos indecisos y es importante que esa gente vaya a votar. La ciudadanía percibe que estas elecciones son más importantes que las de diciembre y que hace falta un cambio. El PSOE tiene proyecto y capacidad para acordar las políticas de progreso que necesita el país. La gente va a tener que decidir entre los del bloqueo o los del partido que más han hecho para lograr un cambio desde el diálogo.

Pero mientras usted dice que hay que elegir entre  "los del ‘sí’ y los del ‘no’", Rajoy y Iglesias solo contemplan dos opciones: el PP o Unidos Podemos.

Aunque representan dos polos distintos en lo ideológico, ambos confluyen en una misma estrategia y en un mismo adversario: el PSOE. Por eso votaron juntos contra un gobierno socialista de progreso y por eso es importante que los votantes socialistas no busquen intermediario. La lección de estos meses es que cuanto más fuerte esté el PSOE, más garantías hay de que llegue un gobierno de cambio.

En su ‘equipo del cambio’ son todos de otras autonomías, ¿No habría ningún aragonés en su gobierno?

Sí lo habrá. Ministro o ministra. Hay aragoneses trabajadores y con mucho talento en los cuadros. Dentro de mi ejecutiva tengo a una persona como Susana Sumelzo que representa el nuevo socialismo. También está Ignacio Urquizu en Teruel o Gonzalo Palacín en Huesca.

Lambán ha defendido en el mitin la reserva hídrica de Aragón. En el Congreso los diputados aragoneses del PSOE tuvieron que romper la disciplina de voto en defensa del caudal del Ebro...

Sí, pero no era una cuestión sobre el trasvase, en el que la posición socialista claramente es no. El problema de aquella votación fue solo por una cuestión de discrepancia territorial. El agua exige acuerdos de Estado y es un bien escaso a preservar.

¿Cree que en la semana que queda dará la vuelta a las complicadas perspectivas de su partido?

Después de dos años al frente del PSOE he aprendido una lección clara: al PSOE le quieren más los españoles que las empresas demoscópicas. El futuro no está escrito, depende de los votos de los españoles. Estamos ante una encrucijada y el que quiera cambio debe apostar por el cambio que suma, que es el que representa el PSOE, y no por el que resta, que es el de Pablo Iglesias.