Los expresos de ETA liberados tras la derogación de la doctrina Parot han advertido al Gobierno de que la solución del "conflicto" en el País Vasco pasa por una "solución integral" que incluya el reconocimiento del "derecho a decidir del pueblo vasco" y la salida de los reclusos que siguen en prisión.

Los más de 60 excarcelados y varios miembros del grupo de mediadores con los presos de ETA han leído dos comunicados en el acto celebrado en el Kafe Antzoki de Durango, el antiguo matadero de la localidad vizcaína, en el que no se han permitido preguntas.

Tras celebrarse este acto, la Asociación de Víctimas del Terrorismo y Dignidad y Justicia lo ha calificado de "humillación" y "bochorno", así como de la "mayor vergüenza ocurrida en España" y un ejemplo de "impunidad de ETA permitida por parte de la Audiencia Nacional".

El Gobierno Vasco ha advertido, al referirse a este acto, de que "no es suficiente mencionar el sufrimiento" o "comprometerse a futuro con las vías de la no violencia", sino que "es necesario reconocer el daño injusto causado y apelar al desarme inmediato de ETA".

También ha advertido de que el acto es "una escenificación para una estrategia ya conocida desde hace muchos años", aunque ha reconocido como "un "paso importante" el hecho de que los expresos ratifiquen el comunicado del colectivo de presos de ETA difundido la semana pasada.

El PSE/EE ha afirmado que el pronunciamiento de los expresos de ETA "no añade nada a las posiciones ya conocidas" y la líder de UPyD, Rosa Díez, ha asegurado que consentir estos actos supone "indultar a los criminales y amnistiar toda su historia".

Desde el PP vasco, la parlamentaria Nerea Llanos ha considerado el acto como una "ofensa" para las víctimas del terrorismo, en el que se ha demostrado que el colectivo de expresos "sigue en la misma tesitura".