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Un guardaespaldas de Ana Mato le rompe la mano a una periodista

Soledad Arroyo, de Antena 3, estará tres semanas de baja tras ser golpeada cuando cubría un acto de la ministra, que le llamó para disculparse.

"El golpe de los guardaespaldas de Ana Mato me ha provocado rotura de la base del radio en la mano derecha". Así comentaba la periodista de Antena 3, Soledad Arroyo, en su perfil de Twitter la lesión provocada por la actuación de los miembros de seguridad de la ministra de Sanidad al finalizar un acto con motivo del Día Internacional de la Mujer.


El suceso se produjo cuando los profesionales que allí se encontraban trataron de obtener alguna declaración de la dirigente. La desproporcionada actuación de los guardaespaldas no se limitó al golpe en la mano. La propia Arroyo denunció en Twitter la "brutalidad contra los periodistas" que esperaban a Mato y que también le golpearon en el estómago contra la pared cuando trataba de obtener alguna declaración de la responsable política. La periodista reconoció en otro tuit que recibió una llamada de la titular de Sanidad para pedirle "disculpas por lo ocurrido" y para ponerse a su disposición. En cualquier caso la lesión en la mano tendrá a la profesional tres semanas semanas de baja, según reconoció la propia Arroyo.


La relación de Ana Mato con los periodistas ya fue objeto de polémica en la visita de la ministra a la ONU. Los corresponsales en Nueva York se plantaron al conocer que Mato no admitiría preguntas después de su comparecencia ante los medios. Al final, la prisión surtió efecto y la ministra tuvo que responder sobre la relación de su exmarido en la trama Gürtel y las fiestas que la red corrupta presuntamente pagó a su familia.


En cualquier caso, las comparecencias sin preguntas es una práctica habitual desde que Mato accedió al Ministerio de Sanidad. Incluso durante el pasado verano, con la polémica por la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares o el copago de medicamentos, la titular de Sanidad no realizó ni una sola declaración. El silencio de la ministra también se traslada al Congreso, donde tardó más de un año en acudir a la comisión de Sanidad de la Cámara baja a pesar de los recortes en su departamento.

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