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Los pueblos afectados por el fuego de Castrocontrigo se quedan vacíos

Incendio en León

Las autoridades esperan estabilizar el incendio, que se inició el pasado domingo y ya ha calcinado más de 8.000 hectáreas, a lo largo de este martes.

Calles vacías y ventanas cerradas a cal y canto son este martes la imagen de las consecuencias del fuego en las localidades leonesas amenazadas por el incendio que se inició el pasado domingo en el término municipal de Castrocontrigo (León), donde ya han ardido más de 8.000 hectáreas de masa forestal. 


Las llamas continúan fuera de control y aunque la Junta de Castilla y León ha señalado que por el momento ha desaparecido el riesgo para la poblaciones cercanas, la mayoría de los vecinos de localidades como Torneros de Jamuz, Tabuyo del Monte o Quintanilla de Flórez han optado por abandonar sus casas.


Las pocas personas que se dejan ver por estos pueblos están muy pendientes de hacia dónde se dirigen las llamas que desde este lunes por la noche volvían a tomar orientación noroeste en dirección a las localidades de Morla y Tabuyo del Monte, donde se encuentra una de las bases de la lucha contra el fuego del Gobierno autonómico.


En Torneros de Jamuz todavía no se han quitado de encima el susto de la tarde de este lunes cuando la Guardia Civil fue casa por casa dando la voz de alarma a los habitantes para que dejaran sus viviendas.


Clara Arias, vecina de la localidad, ha señalado que su primera reacción fue romper a llorar.


Su hija y su yerno se desplazaron desde León hasta el pueblo para llevársela, pero finalmente se decidió no evacuar y apenas dos horas después, a las diez de la noche, volvían a estar en Torneros, desde donde esta mañana no quitaban ojo a las columnas de humo.


"Los sinvergüenzas que prenden no tienen corazón; la ruina nos vino", ha asegurado Clara Arias.


En Quintanilla de Flórez, Carmen Aparicio ha calificado de "horroroso" el suceso.


Según ha explicado, en la tarde del lunes muchos vecinos hicieron las maletas y se marcharon del pueblo, e incluso alguno tuvo que ser atendido por sufrir ataques de ansiedad.


"Estamos muertos de miedo", ha confesado Aparicio que también optó por dormir fuera, en La Bañeza, aunque este martes a primera hora ha regresado a su pueblo donde, sentada con su madre a la puerta de su casa ha recordado cómo las llamas rodearon la localidad.


La madre, Ángeles Rico, de 92 años, ha sostenido que es la primera vez que vive una situación como esta.


Este martes el olor a quemado y la nube de cenizas sigue envolviendo estas localidades rodeadas de monte calcinado.


Según las previsiones del Gobierno autonómico, si las condiciones meteorológicas se mantienen como hasta ahora el fuego podría estabilizarse a lo largo de la jornada.


El director general de Medio Natural de la Junta, José Ángel Arranz, ha explicado que calculan que el frente de fuego alcance los 15 kilómetros y que la superficie afectada ronda las 8.000 hectáreas por lo que ha asegurado que se trata de "uno de los mayores incendios de esta década".

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