Mini Cooper SE
Tan Mini como siempre, pero con alma eléctrica
Con 184 CV de potencia, 270 km de autonomía y unos precios que parten desde 33.950 euros, descuentos no incluidos, el nuevo Cooper SE sigue siendo todo un objeto de deseo, ahora, con cero emisiones.
En 2001, de la mano de BMW, nació la reinterpretación del Mini. Un modelo icónico, urbano y divertido que ha sabido adaptarse al paso del tiempo gracias a sus múltiples variantes. Dada su condición de urbanita no sorprende pues la llegada de una versión eléctrica. En 2008 ya se fabricó una suerte de Mini a batería, que aunque no estuvo a la venta, sí supuso una valiosa fuente de información para el desarrollo del BMW i3, conformando ambos el banco de ensayos de este nuevo Mini eléctrico.
Juguete para adultos. Muchos son los que piensan que el futuro pinta gris para los amantes del automóvil, y que los eléctricos no transmiten sensaciones adictivas al volante, pero lo cierto es que este Mini Cooper SE es de todo menos aburrido. Con 184 CV y un par constante de 270 Nm sobre el eje delantero, es capaz de salir de los semáforos dejando en evidencia al resto de conductores. En carretera no ha perdido tampoco un ápice del tradicional tacto de kart tan típico de Mini. Porque su altura al suelo ha aumentado 18 mm, pero su centro de gravedad es 30 mm más bajo.
El ajuste de sus suspensiones y el nuevo sistema de control de deslizamiento, adaptado a la inmediatez de respuesta del motor eléctrico, hacen que los 145 kilogramos extra respecto a su homólogo de gasolina pasen tan inadvertidos como el sonido de su motor. Un aumento de peso que proviene fundamentalmente de la batería, dispuesta en el túnel central y bajo los asientos traseros de manera que la capacidad de maletero, de 211 litros, se mantiene inalterada. Una batería de 32,6 kWh, suficiente para ofrecer una autonomía de entre 235 y 270 km, con unos tiempos de recarga al 80% que oscilan, según la potencia de alimentación, entre 35 minutos y algo más de 3 horas.
Estética diferente
Exteriormente se reconoce fácilmente por sus detalles en amarillo, o los numerosos anagramas «e». En el interior, los cambios se centran en elementos como el cuadro de mandos, la palanca de cambios o el navegador, que incorporan detalles propios de su condición de eléctrico, en referencia a la autonomía, radio de alcance, consejos para economizar energía o seleccionar la ruta más eficiente en términos de emisiones.
También cuenta con cuatro modos de conducción y dos niveles de recuperación de energía. Seleccionando el nivel máximo, el Mini puede conducirse jugando solo con el pedal del acelerador.
Su gama se articula en cuatro niveles de acabado, S, M, L y XL, con unos precios que oscilan entre 33.950 y 41.000 euros, sin considerar descuentos.
