BMW i3: sigue la revolución sin emisiones

BMW se apunta al carro de los coches impulsados por baterías con la llegada del i3, que ofrece una autonomía de hasta 300 km y 170 cv de potencia.

BMW i3
BMW i3

La nueva marca BMW i ya ha puesto en el mercado el primer coche de BMW Group puramente eléctrico fabricado en grandes series. Diseño futurista, revolucionaria arquitectura del coche y la intención de copar el mercado de este tipo de vehículos es lo que define este pequeño urbanita ecológico. Incorpora tecnología BMW Edrive, con motor eléctrico y batería de ión-litio de alto rendimiento que le aporta 170 cv de potencia, con una autonomía eléctrica de hasta 180 km, más un rango extendido de gasolina opcional que aumenta su ‘independencia’ hasta los 300 km.


El BMW i3 es el primer coche perteneciente al segmento de automóviles selectos que fue concebido desde un principio para la movilidad puramente eléctrica. Su innovador concepto también se pone de manifiesto a través de su diseño, tanto interior como exterior, que está determinado, fundamentalmente, por el concepto modular Life Drive, así como por su sistema de propulsión. Ambos factores determinan decisivamente el diseño del coche y permiten disfrutar de un habitáculo muy espacioso.


La longitud de 3.999 milímetros, así como el ancho de 1.775 y la altura de 1.578 redundan en proporciones muy dinámicas y compactas que acentúan el carácter ágil del coche en el tráfico urbano. También los voladizos extremadamente pequeños en el frente y en la zaga indican con claridad que es un automóvil sumamente maniobrable. Las grandes superficies acristaladas contribuyen a que el coche parezca muy ligero y, junto con las zonas visibles de fibra de carbono, indican que el coche pesa poco.


Puertas en sentido contrario

 

Visto desde un costado, llaman la atención la fluidez de las líneas de la silueta y la gran distancia entre ejes. Gracias a estos rasgos se aprecia que es un automóvil con un habitáculo espacioso. Las cualidades funcionales también se ponen de manifiesto a través de las puertas que se abren en sentidos contrarios, por lo que es muy sencillo y cómodo acceder al interior, que, por su parte, se distingue por su diafanidad.


Otros de los rasgos característicos de los modelos de BMW i es el Black Belt o el Stream Flow, que definen su forma de una manera característica, tanto por los colores empleados como por las líneas de diseño.


Motor


Este vehículo se mueve gracias a un motor eléctrico síncrono híbrido específicamente concebido para él, que aporta una potencia máxima de 170 cv y un par motor máximo de 250 Nm. La transmisión de la potencia a las ruedas posteriores se realiza a través de una caja diferencial integrada. La batería de ión-litio de alto voltaje ofrece una energía aprovechable de 18,8 kWh. La recarga se realiza en una toma de corriente doméstica normal, en el BMW i Wallbox o en estaciones públicas.


Gracias a ello, muestra un comportamiento deportivo y gran agilidad: aceleración de cero a 100 km/h, en 7,2 segundos; de 0 a 60 km/h, en 3,7 segundos; capacidad de recuperación de 80 a 120 km/h, en 4,9 segundos (tiempo idéntico al que emplea un BMW M3 de 420 cv); y velocidad máxima de 150 km/h (corte electrónico).


La optimización con soluciones de la tecnología BMW Efficient Dynamics, entre ellas la recuperación de la energía de frenado, los modos Eco Pro y Eco Pro+ y la conducción en modo de planeo, le permiten una autonomía en condiciones de tráfico normales de entre 130 a 160 km, en modo Confort. Con los modos de ahorro hay posibilidad de aumentar la autonomía en 20 kilómetros en cada caso. Por si fuera poco, se ofrece la opción adicional de prolongar la autonomía mediante un motor de gasolina de dos cilindros de 34 cv, utilizado para mantener un determinado nivel mínimo de carga (no impulsa el coche, sino que recarga la batería). Con este motor, la autonomía del vehículo aumenta a aproximadamente 300 kilómetros.


La autonomía se extiende con conducción eficiente. Por ejemplo, cuando el conductor retira el pie del pedal del acelerador, se activa el modo de recuperación. Gracias a la posibilidad de acelerar y frenar utilizando solo un pedal, se obtiene una interacción excepcionalmente directa entre el conductor y el coche. Conduciendo con anticipación, es posible realizar de esta manera el 75% de las maniobras de frenado, sin siquiera tocar el pedal del freno.


Sin túnel central


Las puertas, que se abren en sentidos opuestos, y la renuncia a un montante central entre las mismas permiten disponer de un habitáculo muy espacioso, que ofrece una gran libertad de movimiento a los ocupantes, especialmente considerando las compactas dimensiones exteriores del coche. Dado que, además, fue posible prescindir del túnel central (usual en coches convencionales), gracias a que el motor eléctrico está montado justo encima del eje trasero motriz, el espacio inferior del habitáculo no está dividido. El volumen del maletero puede llegar a 1.100 litros, si se abaten los asientos posteriores.


Tanto el tablero de instrumentos, como la pantalla de 10,2 pulgadas forman unidades independientes. Su posición realza la configuración tridimensional de la zona de mando del conductor.


Diseño


Hay varios rasgos estilísticos que definen este primer coche de la saga BMWi.

Un ejemplo es el Black Belt, que abarca desde el capó hasta la zaga, incluyendo el techo del coche. Esta franja negra también incluye la parte central del faldón posterior, con el soporte de la matrícula y los reflectores. El Black Belt está enmarcado por el faldón delantero y las superficies laterales del color del coche, creándose así una división óptica del cuerpo de la carrocería, que acentúa el uso de materiales ligeros en el BMW i3.


Otra característica del diseño de BMW es el Stream Flow. Este elemento estético está determinado por la línea ascendente de la línea de la cintura en la zona del montante C y la línea descendente de la línea del techo en la misma zona, por lo que se forma un trazado convergente en esa parte lateral posterior del coche. Además, considerando que la línea de la cintura desciende inmediatamente detrás de las puertas delanteras, aumenta el tamaño de la superficie acristalada en la parte trasera.


De esta manera, se disfruta de una sensación de gran espacio en el habitáculo. Además, así los ocupantes de los asientos posteriores tienen una percepción dinámica más directa. La línea de la cintura y el Stream Flow son rasgos tan característicos de BMW i como lo es el ángulo que tienen los cristales laterales posteriores en la zona inferior del montante C.


Además, el frente del coche está determinado por un faldón de vigoroso trazado y llamativas combinaciones de colores. Muestra la parrilla ovoide doble típica de BMW, aunque de ejecución diferente, con marco de color azul o plateado, dependiendo del color de la carrocería.


Para iluminar la calzada, faros individuales, circundados por segmentos de diodos luminosos en forma de U.


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