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La carga al maletero

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Un paraguas de medio kilogramo puede alcanzar una fuerza equivalente a 25 kilogramos en una colisión urbana.

La carga se puede convertir en un peligro en frenazos y colisiones
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El incremento de peso que suele sufrir el vehículo al viajar durante el verano puede suponer un peligro para la seguridad vial. La adecuada organización del maletero y la correcta sujeción de los elementos que se transportan permitirán minimizar las eventualidades durante la conducción en estas condiciones. Centro Zaragoza (CZ) ha elaborado una serie de consejos de cómo organizar el maletero para que el viaje al comienzo y a la vuelta de las vacaciones no conlleve un incremento de riesgo desde el punto de vista de la seguridad vial.


Al iniciar un largo viaje, resulta habitual que la bandeja trasera se convierta en soporte de pequeñas bolsas y objetos que no han podido encontrar su espacio en el maletero. Esta improvisada ubicación origina una merma en la visibilidad del conductor, que ve inutilizada la función del espejo retrovisor interior. Además, los objetos situados en el interior del habitáculo pueden convertirse en proyectiles si no han sido adecuadamente sujetados. Los estudios llevados a cabo por CZ así lo demuestran.


Así, un paraguas de medio kilogramo puede alcanzar una fuerza equivalente a 25 kilogramos en una colisión urbana. Y una maleta pequeña llegaría a convertir su masa en la de una res, al impactar contra los asientos delanteros, tras una colisión frontal a 50 km/h.


La organización del maletero

La maniobrabilidad del vehículo puede verse comprometida al incrementarse la masa soportada. Por ello, la adecuada colocación de los bultos resulta fundamental para mantener la estabilidad del vehículo. Los objetos más rígidos y pesados deben situarse en la parte de abajo del maletero y así se evitará una mayor altura del centro de gravedad del vehículo. Asimismo, la carga tiene que ser colocada en la zona central y, en todo caso, bien distribuida, para evitar una amplificación en las fuerzas centrífugas o desestabilizaciones que pudieran generarse. En último lugar, deben introducirse los triángulos de preseñalización, para advertir de la presencia del vehículo sobre la calzada.


Los 'crash test' que se realizan para evaluar la resistencia de los vehículos ante impactos, muestran que si el maletero está cargado, al sufrir una colisión, los asientos traseros pueden abatirse y los objetos que se transportan, en ocasiones, llegan a introducirse en el interior del habitáculo de pasajeros. Para disponer de una contención adicional, CZ recomienda hacer uso de correas de sujeción o de mallas resistentes en el interior del maletero. Asimismo, abrochar los cinturones de seguridad de los asientos traseros, aun cuando no viaje nadie en la parte de atrás, proporcionará una protección añadida a los ocupantes del vehículo.


Lo que no cabe en el maletero

En ocasiones, la capacidad del maletero resulta insuficiente para alojar todo aquello que los ocupantes pretenden transportar. Ha de tenerse en cuenta que el consumo de combustible aumenta debido al mayor peso que el vehículo debe mover, pero también a consecuencia de las pérdidas aerodinámicas que originan los componentes que se acoplan al exterior del vehículo.


El volumen del espacio reservado en el vehículo para transportar objetos puede ser ampliado mediante elementos adicionales, tales como los cofres de techo. Ya sea un cofre con su contenido, las bicicletas, una piragua o aquello que los ocupantes del vehículo encontrasen imprescindible para su estancia vacacional, el peso en la azotea del automóvil no deberá ser superior a la capacidad marcada por el fabricante, debiendo prestarse también atención a los límites para las barras de techo. Sumada a la del maletero y a la de los ocupantes, el incremento de masa hará que el vehículo soporte un peso superior al habitual, por lo que habrá que cerciorarse de que la masa total no supera la fijada como máxima por el constructor del automóvil.