Manos Unidas financiará la construcción de un colegio de secundaria en Madagascar

La delegación diocesana de esta organización presenta en Tarazona su nueva campaña para 2017.

La presentación del nuevo proyecto de la delegación diocesana de Manos Unidas transcurrió en el Centro de Mayores de Tarazona.
Manos Unidas financiará la construcción de un colegio de secundaria en Madagascar
N.B.

La delegación diocesana de Manos Unidas ha presentado en Tarazona su nueva campaña para este año 2017 y el proyecto solidario que van a impulsar desde esta comisión.

El lema de la campaña de esta edición es ‘El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida’. Y es que de toda la comida que se produce en el mundo, 1/3 acaba en la basura, mientras 800 millones de personas pasan hambre.

Desde Manos Unidas proponen luchar concienciando a la sociedad española de este problema. “La comida no es algo para negociar con ella ni para jugar, sino que es algo para la alimentación, un bien necesario y al que todo el mundo tiene derecho. Nuestro estilo de vida debería ser algo más austero, no tirar alimentos, comprar solamente lo que se va a cocinar, aprovechar todo lo que se pueda… como hacían, muy bien hecho, nuestras abuelas”, señaló Isabel Uriol, delegada diocesana de Manos Unidas.

También hay que seguir proporcionando ayuda a las personas que viven en países subdesarrollados. “Hay que darles unas semillas adecuadas, una capacitación de forma que sepan cultivar la tierra y una tierra suficientemente agradecida para que ellos puedan vivir de su propia agricultura y si tienen suerte, que haya algún excedente para poder vender y mejorar así su nivel de vida”, añadió Uriol.

Este año, el proyecto de Manos Unidas en la diócesis es la construcción de un colegio de secundaria en una zona deprimida de Madagascar por un importe de 45.120 euros. “Creemos que la educación es muy importante para que la gente que tiene menos pueda defenderse y sobrevivir, mejorando su nivel económico”, opinó la delegada.

El 10% del gasto total lo asumen los padres de los niños, adquiriendo los terrenos y haciéndose cargo del amueblamiento. “Nosotros, con el dinero previsto, vamos a construir un edificio con cuatro aulas y un bloque de letrinas, porque la higiene también es muy importante. Cada año saldrán de ese colegio 160 jóvenes, que en diez años serán 1.600 y creemos que van a cambiar la vida de su comunidad”, indicó Isabel Uriol.

Experiencia en Perú

En la presentación de la campaña, un socio de Manos Unidas contó su experiencia implantando técnicas agrícolas en lugares desfavorecidos. “Vengo de Perú para contar una experiencia en la zona del Altiplano que tiene unos 4.000 metros sobre el nivel del mar. Son unas condiciones más difíciles, con frío, y una capacidad productiva reducida”, explicó el economista Juan Rey Catacora.

Desde hace nueve años y gracias a Manos Unidas, están enseñando a la población a producir “algunos cultivos que les puedan ayudar a mejorar la disponibilidad de alimentos, y generar ingresos con los excedentes que puedan lograr”.

Siembran quinoa, pero también hortalizas y verduras en pequeños invernaderos, ya que “a cielo abierto sería imposible allí”. “Aprenden a tejer para mejorar su abrigo. Además, el turismo está creciendo progresivamente y se convierte en una oportunidad para que ellos puedan vender sus tejidos al turista que acude a conocer la zona”, contó Catacora.

Este viernes es el día del ayuno voluntario, y el domingo día 12 se celebra la tradicional colecta de esta ONG dentro la Jornada Nacional de Manos Unidas.

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