Aumentan los accidentes laborales en la provincia, aunque fundamentalmente aquellos que no desencadenan en baja médica, que siguen siendo mayoritarios en la estadística. Una situación que se basa en el aumento del empleo y el mayor dinamismo de la actividad económica aunque también tiene su componente, según advierten las formaciones sindicales, en el temor de los trabajadores a perder su puesto de trabajo, lo que, lamentan, debilita la salud laboral, por lo que piden a empresas y administraciones no reparar en política preventiva.

El balance compilado por la Consejería de Economía y Hacienda indica que en la primera mitad del año, en la provincia de Soria se han registrado 1.747 siniestros relacionados con el trabajo, más de nueve cada día, lo que significa un incremento del 7,4%. Un crecimiento que se sujeta sobre todo en el repunte de los que no revisten baja, puesto que los que sí la necesitan, aunque aumentan, lo hacen levemente (un 4%) al pasar de 526 a 543 percances, tres cada jornada.

En cambio, los que no se saldan con la inactividad del trabajador de disparan por encima del 9%, al contarse 1.199 en los seis primeros meses del ejercicio, que son 99 que en idéntico periodo de 2015, según la información que difunde la Junta a través de su página web. Los citados 1.199 promedian cerca de siete cada día.

En términos generales, el 68% de las personas que sufren heridas en el trabajo o en el trayecto, no revisten incapacidad temporal.

Los accidentes con baja aumentan un 4% pero llama la atención que mientras el pasado año todos se consideraron de carácter leve, cinco de los producidos en 2016 resultaron graves.

Por sectores, la mayor parte de los que recibieron baja se producen en el sector servicios, que domina la economía provincial. Concretamente 242 en seis meses, frente a los 216 del anterior año. Las ramas dentro del ámbito con más incidentes, ambas con 33, fueron la de administración pública y la del transporte terrestre y tubería.

La industria absorbe 175 heridos, 19 menos que en 2015. El espacio con más siniestros fue el de la industria de la alimentación, con 44, seguido por el de la madera y el corcho (23).

La construcción pasa de 64 a 67, computando 30 en la especialidad de la construcción de edificios. En la agricultura y la ganadería, crecen de 39 a 47. Especial incidencia tiene en este caso lo puramente agrario, con 33 episodios, mientras que los ocurridos en la silvicultura y las explotaciones forestales se quedan en 14.

Por su parte, los denominados ‘in itinere’ (trayecto de casa al trabajo y viceversa) aumentan en un solo caso, de 31 a 32.

En cuanto a los cinco percances graves, tres se dieron en el sector terciario y los dos restantes en el primario y el industrial.

Afortunadamente, en el primer trimestre del año no se ha registrado ningún accidente mortal. Pero eso no esconde que hasta 26 personas han perdido la vida en la provincia durante los once últimos años después de haber sufrido un accidente mientras trabajaban. El año más trágico de este periodo fue 2009, con seis fallecidos. Por detrás, con cinco muertos, se sitúan 2007 y 2011. Sólo 2010 cerró sin víctimas mortales, según los datos de la Consejería Economía y Hacienda. En 2015 sí se registró una muerte. El 7 de octubre. El suceso tuvo lugar en Cubo de la Solana, cuando un operario resultó atropellado por la rueda de una máquina telescópica.