La emblemática sala Devizio se convierte en una iglesia evangélica

El Rollo se despide de un local clásico, cerrado desde 2014 después de innumerables problemas con la Administración.

Panorámica del local, cuyo cambio empieza a ser notable, desde el altar.
Panorámica del local, cuyo cambio empieza a ser notable, desde el altar.
José Miguel Marco

El Devizio ya no existe. La emblemática sala de conciertos del Rollo está a punto de perder el rótulo y pasar a la historia de la escena musical de la capital aragonesa, que se despide de uno de los escenarios más relevantes desde principios de la década de los noventa hasta mediados de la presente, cuando las desavenencias con Urbanismo impidieron una programación sostenida en el tiempo y llevaron a su cierre. Se va una referencia para varias hornadas de zaragozanos que saltaron de la adolescencia a la madurez entre sus barras y futbolines.

El local de la calle del Doctor Lozano no podría tener un nuevo uso más inesperado. El inquilino entrante es la Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, que el pasado sábado 10 celebró una primera ceremonia para dar la bienvenida a la comunidad evangélica, que se muda desde un discreto inmueble en el barrio de San José. El rock deja paso a los cantos litúrgicos mientras los cubatas hacen lo propio con el vino de consagrar.

El cambio empieza a ser evidente. Por el momento ya han desaparecido las barras de los laterales y en el antiguo escenario han encontrado acomodo el ambón para las lecturas y varios instrumentos musicales. "Nos quedan bastantes arreglos por hacer, como cambiar el suelo o pintar las paredes", indica el pastor de la comunidad, Guillermo Dávila, que cuenta con unos sesenta feligreses de origen nicaragüense, ecuatoriano, chileno y español. "Esperamos crecer en nuestro nuevo espacio, en el que celebraremos misa los sábados y domingos y algunos seminarios los martes y jueves", añade el religioso. Los vecinos, en plena cruzada contra los pubs de la zona y el botellón, les han brindado "una cálida bienvenida".

El periplo del bar ha estado marcado por los problemas con la Administración: licencias de actividad de ida y vuelta, multas desde la Gerencia de Urbanismo, denuncias de todo tipo… De una forma u otra, con música en directo o sin ningún tipo de banda sonora, la sala abrió sus puertas siempre que pudo hasta octubre de 2014, cuando pronunció un hasta luego… que ha acabado por convertirse en un adiós.

Manu Chao y un imberbe Kase.O

Como todo bar que se precie, el Devizio atesora miles de historias, que el tiempo ha difuminado. Famoso es el concierto de Mano Negra, la banda de Manu Chao, en 1994. La función tuvo lugar, pero la puesta en escena no se decidió de un día para otro como suele contarse, sino que se concretó al menos una semana antes, cuando los bares de la zona sacaron a la venta 500 entradas que se despacharon en apenas veinte minutos. Siete miembros de la inmensa banda (el resto se quedó en París) protagonizaron el bolo del año.

Manu Chao se entrega a los presentes en la Sala Devizio en diciembre de 1994.

Manu Chao, en el concierto de diciembre de 1994 en el local. Facebook Sala Devizio

Ese mismo curso, aunque algunas fechas antes, se subió al escenario del Devizio un zagal de talento descomunal y energía desbordante. Un tal Kase.O. Aquel rapero delgaducho de catorce tiernos años puso patas arriba una sala (el vídeo en Youtube sigue provocando asombro casi un cuarto de siglo después) para la que el pasado octubre tuvo cariñosos versos en su pregón pilarista, cerrando así su particular idilio con el garito.


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