José Ignacio Alfaro Ximénez: "Necesitamos voluntarios para la gran recogida de alimentos"

Ustedes son jubilados, con una pensión y toda una vida de trabajo a sus espaldas. ¿Por qué comprometerse con una gran recogida de alimentos y ponerse a organizar palés en vez de marcharse a descansar a Benidorm?

Los bancos de alimentos son apolíticos y aconfesionales, así que la motivación de los voluntarios es diversa. Unos buscan vivir la solidaridad, otros la fraternidad y otros la virtud de la caridad.

¿Y compensa? ¿O cada año vuelve a preguntarse por qué se complica la vida?

Claro que compensa. Nosotros los vemos como la manera de ganarnos la pensión y devolverle a la sociedad lo que nos da.

Es como para reflexionar. Ya sabe que en esta sociedad no siempre se da valor a las personas que ya no están en edad de trabajar...

Aquí hay personas que tienen entre 60 y 83 años y que han trabajado en diferentes profesiones. Somos 157 voluntarios fijos y estamos repartidos por tareas, a las que nos dedicamos al menos dos días por semana. Todos tenemos nietos a los que cuidar y otras obligaciones, pero sacamos tiempo.

Los días 25 y 26, volverán a pedirnos en las tiendas y en los supermercados que donemos alimentos. ¿Cuántos meses aguantan ustedes con lo que recogen antes de Navidad?

Intentamos vivir con la gran recogida todo el año. La leche por ejemplo, como tiene fecha de caducidad, se nos termina en marzo o abril. Pero en esto hemos llegado a un acuerdo con los supermercados: como esos dos días venden más de lo habitual, luego ellos nos dan entre un 7% y un 10% de lo que hemos recaudado en cada establecimiento. Algunos nos donan los alimentos que deciden ellos y otros nos dan leche de marca blanca, pero se la vamos pidiendo a lo largo del año para evitar que caduque.

¿A cuántos voluntarios involucran en Zaragoza y provincia?

Necesitamos 3.000 voluntarios y estamos en 259 tiendas.

¿Y ya han reclutado a todos?

Pues todavía nos faltan unos pocos, así que si alguien quiere participar está a tiempo, y puede apuntarse en www.bancodealimentosdezaragoza.es. También necesitaremos a 40 personas para clasificar y ordenar todo en diciembre. Es un trabajo sencillo pero duro: supone esfuerzo físico y a la intemperie.

¿Qué nota cuando pide alimentos? ¿La gente recela un poco?

La gente siempre se ha volcado, pero desde que nos dieron el Príncipe de Asturias y acudió la reina Sofía a visitarnos tenemos un crédito brutal. Somos todos jubilados, no cobramos y aquí no hay nóminas. Todo revierte en las personas en exclusión social.

Ayúdeme a hacer la lista de básicos imprescindibles para donar.

Este año pedimos especialmente cacao soluble, para los desayunos de los niños, y también productos de alimentación para bebés. La leche es muy necesaria, y también el azúcar, la sal, el arroz, la pasta o el aceite. Vienen fenomenal las latas de conservas de pescado y también nos gusta recomendar que las legumbres se donen ya cocidas. Hay gente que no puede gastar muchos medios en cocinarlas y así están listas para comer.

¿Qué harán con lo recogido?

Tenemos convenios con varias empresas de transporte que nos hacen el traslado gratis, en Aragón y en el resto de España. Nosotros, en Zaragoza y provincia, aspiramos a llegar a los 500.000 kilos, con los que acabaremos llenando entre 1.500 y 1.700 palés. La cantidad es tal que hemos tenido que alquilar una nave y comprar una cinta transportadora para seleccionar y ordenar los productos.

¿A cuántas personas ayuda el Banco con estos alimentos?

En nuestra zona, a unas 35.000 personas actualmente. No atendemos casos individuales, sino que ayudamos a través de entidades como El Refugio o los comedores sociales y mediante otras de reparto, como Proyecto Hombre, Remar o Reto, entre otros. Es decir, actuamos al por mayor.