AFGANISTÁN

Las tropas holandesas se convierten en las primeras en abandonar Afganistán

La marcha se produce tras la caída del gobierno del país europeo ante las discrepancias sobre la misión. EE. UU., Australia, Eslovaquia y Singapur toman el relevo.

Momento del cambio de mando en Kamp Holland, ayer en Afganistán.
Las tropas holandesas se convierten en las primeras en abandonar Afganistán
DAVE DE VAAL/EFE

Las fuerzas holandesas pasaron ayer el mando de la provincia de Uruzgán a las fuerzas internacionales, al término de su misión de cuatro años en Afganistán. Los holandeses transmitieron el mando durante una ceremonia en Kamp Holland, en Uruzgán, su principal base en Afganistán. "La comunidad internacional y la OTAN ayudan a Afganistán a sostenerse con sus propias piernas. Holanda ha asumido su responsabilidad y ha combatido por la seguridad y la reconstrucción de Afganistán", se congratuló el ministro holandés de Relaciones Exteriores, Maxime Verhagen, en un comunicado.

"Las fuerzas holandesas se distinguieron en Uruzgán. Rendimos homenaje a su sacrificio así como al de sus homólogos afganos", declaró el comandante Joel Harper, portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF). Los holandeses serán reemplazados por soldados estadounidenses, australianos, eslovacos y singapurenses. Tras la partida del contingente holandés, la OTAN "mantendrá sus actuales capacidades, sobre todo en lo que concierne a las unidades de combate, la formación y la reconstrucción", según el comandante Harper.

Un total de 1.950 militares holandeses estaban desplegados en Afganistán desde el 1 de agosto de 2006, principalmente en Uruzgán, una provincia del sur del país donde los talibanes son muy activos. Veinticuatro soldados murieron en misión. En una entrevista publicada el jueves en un diario holandés, un portavoz de los talibanes, Yusuf Ahmadi, expresó su satisfacción por la retirada holandesa.

Sin acuerdo

Pese a que la OTAN deseaba una prolongación de un año (hasta agosto de 2011) de la presencia de las fuerzas holandesas, las divergencias sobre este asunto provocaron el 20 de febrero la caída del gobierno en Holanda, con lo que la misión no pudo extenderse.

Tras un largo debate sobre si las tropas holandesas debían o no continuar un año más en Afganistán, los laboristas del PvdA -en ese momento la segunda fuerza política en Holanda- sorprendieron con la retirada de sus ministros del Gobierno en febrero, aunque el primer ministro entonces, Jan Peter Balkenende, apoyaba su prolongación como había solicitado la OTAN. En ese momento, un 66% de los holandeses apoyaba la retirada a finales de 2010 de sus tropas en el país asiático, según diferentes sondeos.

La naturaleza del próximo Ejecutivo neerlandés determinará el futuro de Holanda en el país asiático y la posibilidad del envío de nuevos efectivos militares si finalmente se forma un gobierno de derecha, según analizan los medios locales.

Holanda continúa a la búsqueda de su próxima coalición gubernamental tras la caída del ejecutivo del democristiano Jan Peter Balkenende. Holanda repliega sus efectivos de Afganistán con un regusto de insatisfacción pero con el convencimiento de que se han logrado metas.

Holanda se encargó entre otras cosas de la construcción de una carretera asfaltada entre Tarin Kowt y Chora, las dos ciudades más pobladas de Uruzgán, y del entrenamiento de 3.000 soldados afganos.

Desde el inicio de la misión, que costó 1.400 millones de euros al gobierno holandés, el número de ONG presentes en Uruzgán pasó de seis a 50. El número de escuelas se duplicó, hasta 179. La estrategia holandesa, llamada "3D" -desarrollo, diplomacia y defensa- ha sido puesta de ejemplo en la escena internacional.

El contingente holandés es el primero de los grandes países proveedores de tropas de la fuerza de la OTAN en salir de Afganistán, cerca de nueve años después del derrocamiento de los talibanes. El contingente canadiense partirá en 2011, y el presidente estadounidense Barack Obama ha fijado para julio de 2011 el comienzo de la retirada de las tropas de su país, que componen las dos terceras partes de la presencia internacional (más de 140.000 soldados extranjeros). El primer ministro británico David Cameron se refirió recientemente a la posibilidad de repatriar una parte de las fuerzas a mediados de 2011.

Desde que llegaron los efectivos holandeses en agosto de 2006, 24 soldados perdieron la vida y alrededor de 140 resultaron heridos de los aproximadamente 2.000 que pasaron por la zona, en una operación que costó en torno a 229 millones de euros, según la prensa neerlandesa.

Holanda recalca que ha mejorado "considerablemente" la seguridad en la zona tras la construcción de un centro de capacitación de la policía afgana.