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Irán hace oídos sordos a los llamamientos efectuados por la AIEA a la transparencia

IRÁN

Irán aseguró este martes que no tiene la intención de responder a "las afirmaciones" sobre su programa nuclear ni de mejorar su cooperación con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), un día después de que este organismo le volviera a pedir transparencia. Esta actitud hace que Irán se exponga a nuevas sanciones, una posibilidad que cuenta con el visto bueno de Francia y Estados Unidos y ante la que China se muestra reticente por considerar que no es una "solución".

La AIEA "no debe contar con que Irán responda a cualquier afirmación" sobre su programa nuclear, dijo Allaedin Borujerdi, jefe de la Comisión Parlamentaria de Relaciones Exteriores. En un nuevo informe divulgado el lunes, la AIEA lamentó no haber logrado "progresos sustanciales" en su investigación sobre "supuestos estudios" llevados a cabo por Teherán para militarizar su programa nuclear. Los interlocutores iraníes de esta agencia de la ONU han calificado la presunta existencia de estos documentos de "afirmaciones sin fundamento". Y eso que la AIEA ha recalcado que, ante la ausencia de cooperación en este apartado, se ve en la imposibilidad de certificar que el programa iraní persiga un objetivo puramente civil.


La Agencia solicitó que Irán se someta de nuevo al protocolo adicional del Tratado de No Proliferación, para facilitar controles exhaustivos de su programa. La República Islámica dejó de aplicar este protocolo en 2006, cuando su expediente nuclear fue llevado ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.


El representante de Irán ante la AIEA, Ali Asghar Soltanie, desestimó su petición. La Agencia "no debe contar con que apliquemos el protocolo adicional", espetó. Irán aseguró, no obstante, que proseguirá el proceso de enriquecimiento de uranio, con lo que viola cuatro resoluciones del Consejo de Seguridad, de las que tres van acompañadas de sanciones.


El enriquecimiento de uranio permite obtener combustible para una central nuclear o la materia prima para la fabricación de bombas atómicas. Francia ha calificado el informe de la AIEA de "extremadamente preocupante" y estimó que no tiene "otra opción sino trabajar, en los días y semanas venideras, en una nueva resolución de sanciones del Consejo de Seguridad".


Estados Unidos considera que, como no se ha suspendido el enriquecimiento de uranio, se podrán aplicar "nuevas sanciones". En una inusual declaración sobre el impacto de las sanciones, el presidente de la Cámara de Comercio y de Industria iraní, Mohammad Nahavandian, declaró que "el costo de las importaciones ha aumentado". Según el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional (ISIS), Irán hizo "progresos significativos" en el desarrollo de las centrifugadoras de enriquecimiento que estarían funcionando "ahora a aproximadamente el 85% de su capacidad teórica".


La AIEA estima que Irán había producido unos 480 kilos de uranio débilmente enriquecido el 30 de agosto de 2008. Según un responsable de esta agencia, Irán necesitaría unos 1.700 kg de uranio débilmente enriquecido para poder fabricar una bomba atómica. Pero, según ISIS, "en condiciones óptimas" a Irán podrían bastarle entre 700 y 800 kilos de uranio débilmente enriquecido para producir entre 20 y 25 kilos de uranio, suficientes para un arma de fisión (nuclear), un nivel que podría conseguir en seis meses.

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