SIRIA

El régimen sirio responde con 24 muertos al final del ultimátum de Liga Árabe

Como es habitual en los últimos meses, la provincia más golpeada por la represión del régimen fue Homs (centro del país), que se ha convertido en el principal bastión de los insurgentes y donde hoy murieron 10 personas.

Funeral de policías en Damasco
Al menos 19 muertos por la represión del régimen sirio
EFE

El régimen sirio respondió hoy con el diario baño de sangre al ultimátum otorgado por la Liga Árabe, que exigía el cese de la violencia y expiraba hoy, en otra jornada negra en la que se registraron 24 muertes, según la oposición. Como es habitual en los últimos meses, la provincia más golpeada por la represión del régimen fue Homs (centro del país), que se ha convertido en el principal bastión de los insurgentes y donde hoy murieron 10 personas.


Según los opositores Comités de Coordinación Local, cinco de las víctimas en esta provincia perdieron la vida en la ciudad de Qasir. Mientras, las tropas sirias leales al presidente sirio, Bachar al Asad, también atacaron a activistas opositores en la ciudad de Kafr Tajarim, en la provincia de Idleb (noreste), que también se ha caracterizado por las masivas protestas.


En la localidad de Halfaya, en Hama (centro), otras tres personas murieron en una acción coordinada de las fuerzas sirias, en la que se emplearon decenas de tanques y vehículos blindados informaron los Comités.


Este operativo estuvo acompañado por el corte de las comunicaciones y un apagón de la electricidad, en un "modus operandi" similar al que hasta ahora siguen las tropas sirias, que peinan ciudad por ciudad buscando a los opositores más activos y cortando sus posibilidades de comunicarse con el exterior.


De forma similar, en Jan Sheijun, en Idleb, los Comités denunciaron la presencia de más de 3.000 militares que dispararon y bombardearon la ciudad, después de impedir las comunicaciones telefónicas. Las dos víctimas mortales restantes se registraron en la ciudades de Deraa (sur) y Bukamal (este).


Pese a que la intensidad de la represión ha aumentado en los últimos días, todavía hay manifestaciones que diariamente exigen la marcha de Al Asad, como la que hoy salió a las calles de Kesweh, en la provincia de Rif Damasco, junto a la capital.


Este nuevo derramamiento de sangre coincide con el final del ultimátum que la Liga Árabe había concedido el miércoles al Gobierno sirio para poner fin a la violencia y aceptar a una misión de observadores de este organismo.


El jueves pasado, Siria anunció por escrito al organismo panárabe que aceptaría recibir a la misión de observadores, siempre y cuando se introduzcan "ligeras modificaciones" en el programa.


El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, recibió un mensaje del ministro sirio de Exteriores, Walid al Mualem, que incluía una serie de enmiendas al proyecto de protocolo propuesto por la organización referentes a las labores de la misión de observadores.


Una fuente de la Liga Árabe que pidió el anonimato dijo a Efe que la respuesta del Gobierno sirio aseguraba que "acepta el proyecto del protocolo de la visita a su territorio de los mecanismos de observación de la Liga Árabe", y añadió que firmará el protocolo que regula el contenido de los grupos de observación, la agenda y la forma de la visita. Sin embargo, la violencia continúa en Siria, donde más de 3.500 personas han muerto desde el comienzo de las revueltas a mediados de marzo pasado.


De nada ha servido la suspensión de su participación en la Liga Árabe, que entró en vigor el jueves pasado y fue decidida hace una semana en una reunión extraordinaria de los ministros árabes en El Cairo. Diversos países como Estados Unidos o Rusia ya han advertido de que Siria se enfrenta al riesgo de una guerra civil.


En una entrevista concedida el viernes a la cadena NBC en Bali (Indonesia), la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, opinó que "podría haber una guerra civil con una oposición muy centrada, bien armada y que con el tiempo estará bien financiada, y que está, si no dirigida, ciertamente influida por desertores del Ejército".