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Los ataques de Hezbolá incrementan el riesgo de un choque de EE.UU. e Israel con Irán

Un Teherán con posible poder nuclear imposibilitaría las operaciones directas y centraría la lucha en los frentes de Irak, Líbano, Siria y Yemen.

El humo de los cohetes lanzados por Hezbolá se eleva sobre la localidad de Tayr Harfa, en el Líbano
El humo de los cohetes lanzados por Hezbolá se eleva sobre la localidad de Tayr Harfa, en el Líbano
Europa Press/Contacto/Ali Hashisho

La guerra en Gaza entra en su cuarto mes y el temor a que el conflicto se extienda por la región se disparó tras el asesinato en Beirut del número dos de Hamás, Saleh al-Arouri, por parte de Israel. Desde que los islamistas golpearon a los hebreos el 7 de octubre, con una operación en la que mataron a 1.200 personas y se llevaron cautivas a más de doscientas, las autoridades del Estado judío no han perdido oportunidad para acusar a Irán de "apoyar y dirigir a sus socios de Hamás en este ataque horrible".

El temor final de esa expansión es que desemboque en un choque directo entre Estados Unidos e Israel contra Teherán, algo que no se ha vivido hasta ahora en una región habituada en los últimos años a la estrategia de guerras indirectas diseñada por la Guardia Revolucionaria. En las contiendas de Líbano (2006) o Irak (2003), los persas han sido capaces de combatir a sus enemigos de forma indirecta a través de Hezbolá y otras milicias, pero nunca les ha tocado pelear en su propia casa.

Las acusaciones de Israel contra Irán no han tenido el soporte de pruebas y Benjamín Netanyahu, un político obsesionado con la amenaza de Teherán, reconoció que no puede "decir con certeza que estuvo envuelto directamente en el 7 de octubre, pero son ellos quienes aportan el 90% del presupuesto del grupo, les organizan y les guían". Israel ya ha demostrado en el pasado reciente que no necesita de pruebas para tomar decisiones drásticas y por eso en 2018 empujó a Donald Trump a romper el acuerdo nuclear firmado con los persas por Barack Obama. Fue Trump quien, también de acuerdo con el criterio de Tel Aviv, ordenó el asesinato del general Qassem Suleimani, diseñador de la guerra de proxies, en el aeropuerto de Bagdad en 2020. Irán respondió atacando bases con presencia estadounidense en Irak, una respuesta medida que no elevó la tensión más de la cuenta.

Pese a que los informes de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) decían que Irán respetaba los términos del acuerdo, Washington hizo caso a su aliado y decidió reimponer sanciones al régimen de los ayatolás. Seis años después Irán enriquece uranio por encima del 60%, según el último informe de la AIEA, lo que le acerca más que nunca a la bomba atómica, algo que los persas niegan de forma reiterada. La opción de un Irán nuclear eleva aún más los riesgos de cualquier operación militar a gran escala, que contaría además con frentes abiertos en Líbano, Siria, Irak y Yemen, donde operan grupos que son el gran legado de Suleimani y forman el llamado 'eje de la resistencia'.

En opinión del analista Firas Maksad, del centro de estudios estratégicos Middle East Institute, "ya sea en Líbano, Irak o Yemen, los temores de Estados Unidos de que la guerra de Gaza desencadene un conflicto en todo el Medio Oriente aumentan a medida que se desmorona la distensión con Irán".

Hasán Nasrala habló el viernes por segunda vez en la semana en la que Israel asesinó a Al-Arouri, que estaba en Beirut bajo la protección de Hezbolá. El secretario general del Partido de Dios clamó venganza y menos de veinticuatro horas después sus hombres lanzaron decenas de cohetes contra una base de Israel en la frontera. Lo calificaron como "el primer paso" de su respuesta al asesinato de Arouri.

Seiscientos ataques

Esta milicia libró en 2006 una guerra de 33 días contra Israel y desde el 7 de octubre ha realizado más de 600 ataques, pero siempre centrados en la zona fronteriza. Nasrala insiste en que el suyo es un frente secundario y que combaten para mantener distraído al ejército y obligarle a no centrar toda su atención en Gaza. Hasta el momento han perdido 140 hombres y la sensación que transmite el grupo es que no quieren una guerra a gran escala, pero en caso de recibir la orden de Irán, se meterán con todo su arsenal.

Veinticuatro horas después del asesinato de Al-Arouri, Estados Unidos mató al comandante Abú Taqwa, de la brigada Harakat al-Nujaba en Bagdad. Ésta fue la primera operación de este tipo de Washington desde que Trump diera luz verde hace cuatro años a la muerte de Suleimani.

La guerra en Gaza ha intensificado los ataques de las milicias contras bases de Estados Unidos y en Irak, como ocurre en el resto de la región. Estos grupos se han declarado parte del "eje de resistencia" antiestadounidense y antiisraelí de Irán. Uno de sus grandes objetivos políticos es que el Parlamento iraquí ponga una fecha de salida a las tropas norteamericanas que permanecen en el país.

El papel de Irán, junto al de Rusia es una de las claves que explica que Bashar al-Assad siga ocupando la presidencia de Siria después de doce años de guerra. Los iraníes no dudaron en reforzar a su aliado con hombres de la Guardia Revolucionaria y con Hezbolá, lo que les ha dotado de amplia experiencia de combate tanto contra los grupos armados de la oposición como contra el Estado Islámico. Ese apoyo ha servido a Teherán para reforzar la amenaza a Israel desde la frontera y en caso de guerra

A finales de año, Tel Aviv asesinó en Damasco al general iraní Razi Mousavi, responsable de logística en este punto tan sensible. Desde hace años, los ataques en Siria son semanales y en las últimas fechas estas operaciones han dejado fuera de servicio los dos aeropuertos principales en Damasco y Alepo.

Los hutíes de Yemen se han sumado a la respuesta del "eje de la resistencia" y, además de lanzar misiles contra Israel, también atacan barcos en el Mar Rojo, lo que amenaza la seguridad del mercado mundial.

Los rebeldes chiíes controlan la capital de Yemen, Sanaa, y el norte del país, y desde 2015 se enfrentan a la coalición internacional liderada por Arabia Saudí. Los hutíes son en realidad zaidíes, una confesión derivada del chiísmo que literalmente se traduce como 'partidarios de Dios', aunque se les conoce como hutíes por el clan que lidera al grupo desde 2004. Su modelo a seguir es Hezbolá y desde el 7 de octubre han organizado enormes manifestaciones de apoyo a Gaza.

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