El rescate que tiene en vilo a India y comenzó con un mensaje en un trozo de papel: "Estamos vivos"

40 trabajadores están desde el sábado atrapados en el interior de un túnel en el norte del país, donde se extiende un faraónico proyecto para mejorar la conexión entre lugares de culto hindú

Equipos de rescate en el túnel de India
Equipos de rescate en el túnel de India
STATE DISASTER RESPONSE FORCE HA

Los pilares del macroproyecto Char Dham Road se sostienen sobre la polémica. Por su coste, 11.700 millones de rupias, un auténtico dineral en India, donde el salario mínimo -el oficial, otra cosa es la realidad laboral- no pasa de las 176 rupias al día, apenas un par de euros. Por su retraso, que supera ya los tres años y medio y no se espera que la obra finalice, al menos, hasta diciembre de 2024. E incluso por su impacto ambiental en las colinas que atraviesa, lo que obligó a la Corte Suprema a pronunciarse ante el reguero de denuncias de ecologistas.

Pero los promotores de esta carretera que pretende facilitar la conexión entre los principales lugares de peregrinación hindúes en la región de Uttarakhand, en el Himalaya indio, y de paso atraer aún más turistas, no se imaginaban que la faraónica construcción sería el centro también de un accidente y un complejísimo rescate que mantendría en vilo al país.

El suceso ocurrió el pasado sábado cuando uno de los túneles previstos en el proyecto Char Dham Road -el nombre alude a las cuatro moradas de los dioses, una en cada punto cardinal de India- se vino abajo con cuarenta trabajadores en su interior. Estaban a unos 270 metros de profundidad entre las poblaciones de Silkyara y Dangalgaon, en el norte del país, y en un primer momento se pensó que toneladas de escombros habrían acabado su vida.

Recuerdo de otras víctimas

Una trágica jugada del destino, opinaría más de uno sobre este siniestro en una obra que el propio Narendra Modi, primer ministro indio, presentó al colocar su primera piedra, a finales de 2016, como un homenaje a los fallecidos durante las inundaciones que acababa de sufrir el estado. Más víctimas sobre el recuerdo de otras víctimas.

Fue un trozo de papel lo que horas después inyectó un chute de optimismo al país. El mensaje era tan claro como esperanzador: los operarios atrapados en el túnel (4,5 kilómetros de vía para unir dos de los templos hindúes más sagrados, el de Uttarkashi y el de Yamunotri) estaban "vivos".

Los rescatistas trabajan desde entonces a destajo con excavadoras para retirar cascotes y montañas de tierra, pero a cada paso, con un montón de escombros ya apartado, unos veinte metros en total, caen nuevos restos en su camino. Las imágenes captadas desde el exterior, donde se observa el 'tapón', con barras metálicas retorcidas entre el material, da idea de la magnitud de la intervención.

Una tubería como ruta de escape

Karamveer Singh Bhandari, un alto comandante encargado de operaciones en todo tipo de desastres, reconoce que están "encontrando dificultades" en el rescate por la cantidad de escombros. De ahí que hayan tirado de imaginación para sacar a las cuarenta víctimas con vida, una opción que se agota a medida que pasan las horas, los días. Los rescatistas preparan una gigante tubería de acero (unos 90 centímetros de ancho) como ruta de escape para los obreros, que ya no se comunican con pedazos de papel sino por radio. En esos contactos se ha sabido, por ejemplo, que los trabajadores "no están unos encima de otros y disponen de un espacio de unos 400 metros para caminar y respirar", compartió Devendra Patwal, otro responsable de la intervención, que admitió que ese escenario resulta "positivo" dentro de la tragedia y la incertidumbre.

En el interior del túnel, una pequeña pieza dentro del macroproyecto Char Dham Road, compuesto por 900 kilómetros de carretera, los trabajadores sobreviven a base del oxígeno, el agua y los alimentos que los equipos de emergencia introducen por un conducto. "Se han enviado pequeños paquetes de comida", confirmó Durgesh Rathodi, al frente de los servicios de rescate del estado de Uttarakhand.

En la misma zona, a principios de año, unas 200 personas perdieron la vida en unas inundaciones repentinas que algunos expertos atribuyeron, en parte, a un desarrollo excesivo en este punto del enorme mapa indio. En 2022 pasaron por aquí unos 5 millones de turistas, en quienes pensó el Gobierno de Modi cuando decidió remover la tierra en esta zona de peregrinaje. Ni se imaginaba que todo el país estaría durante días pendiente de esta obra.

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