Internacional

Guerra en Gaza: "A algunos los mataron mientras repartían pan"

Más de un centenar de trabajadores de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos ha fallecido en medio de la guerra en la Franja.

Entierro de seis jóvenes fallecidos en Cisjordania
Efe

"Todas las mañanas me despierto con la esperanza de verlos a todos en línea y que nadie muera", aseguró el jefe de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA por sus siglas en inglés), Philippe Lazzarini, tras lamentar este viernes que 101 trabajadores humanitarios han muerto en medio de la guerra actual en Oriente Próximo. "A algunos los mataron mientras repartían pan y otros murieron junto con sus familias en sus hogares", ha dicho la UNRWA, que cataloga este conflicto como el más mortífero jamás vivido por la ONU en tan poco tiempo. En un mes de hostilidades, más de cien trabajadores y sus seres queridos han sido víctimas fatales de los bombardeos y una treintena ha resultado herida.

Desplazados, asustados e intentando protegerse de los ataques armados viven los empleados de esta agencia de Naciones Unidas. En las mismas condiciones y con los mismos temores del resto de la población palestina en Gaza, donde ya han fallecido más de 11.200 personas, según datos del Ministerio de Salud de la Franja que controla Hamás.

La guerra se ha cobrado la vida de padres, profesores, enfermeras, médicos y personal de apoyo de la agencia -la mayoría de los 5.300 empleados en la zona también son refugiados palestinos-, cuando se encontraban en las zonas del centro y el sur de la franja de Gaza.

"Uno de nuestros colegas que estaba alojado en nuestro refugio se despertó un día, se puso el chaleco de la ONU, fue a ayudar a distribuir alimentos y murió en un ataque", relató Lazzarini. Otro compañero era el guardia de seguridad Samir (.) Lo mataron junto con toda su familia. Estaba a cargo de proteger un edificio de la UNRWA; él, su esposa y ocho hijos murieron de una sola vez", expresó el jefe de la agencia, quien ha dicho estar devastado por esta crisis.

A pesar de ello, siguen trabajando todos los días para atender a las más de 700.000 personas que hay en los 150 refugios, de los que 40 ya han sido bombardeados. Escuelas, instalaciones médicas y otros edificios de esta agencia de Naciones Unidas han resultado dañados por Tel Aviv, que asegura que Hamás opera desde ellos o en túneles que se extienden bajo su superficie. "Para nosotros es extremadamente impactante y triste. Podemos imaginar la angustia de la gente corriendo hacia un albergue de la ONU, pensando: 'Estaré a salvo dentro de este lugar'. Pero luego los matan o resultan heridos", sostiene la UNRWA.

Temen por su futuro

La guerra no distingue labor. El último conflicto más mortífero para los trabajadores humanitarios de la ONU fue en Nigeria en 2011, cuando un atacante suicida atacó su oficina en Abuja durante una insurgencia islamista, matando a 46 personas. Durante el actual enfrentamiento armado en Sudán del Sur han matado a 33 miembros del personal, y otros 33 murieron en Afganistán en 2009 cuando las tropas estadounidenses luchaban contra los talibanes. Pese a que el personal cuenta con protección bajo el derecho internacional humanitario, pocos de estos casos pueden presentarse ante la Justicia.

El personal también ha tenido que vivir en medio del conflicto y sufrir sus consecuencias. Hace dos años, cuando los ataques no eran tan feroces en el territorio palestino, los trabajadores ya sufrían, pero por la falta de recursos para la elevada demanda de ayuda de los refugiados. Mohamed Balusha, un profesor de UNRWA, expuso entonces a los periodistas ante una de las escuelas de la ciudad de Gaza que se sentían "inseguros" y temían por su futuro, refiriéndose a que la caducidad de la agencia parecía estar cerca. Igual que ahora. La sensación era entonces peor para unos 260.000 estudiantes de los 700.00 centros educativos, que la agencia ha construido en la región, que dependen de los docentes de la ONU para su formación.

En Palestina, donde la población ha vivido por décadas asediada por las hostilidades, la esperanza se ha centrado en la que ha sido "prácticamente la única agencia que les garantiza educación, sanidad, alimentos y servicios sociales en terreno", expresa la UNRWA.