'Double tap', la táctica letal de Obama que Putin ha comenzado a utilizar en Ucrania

Esta táctica consiste en realizar una primera agresión y dejar pasar un tiempo antes de lanzar una segunda.

Una mujer es trasladada a una ambulancia tras un ataque ruso en Pokrovsk, donde se utilizó la táctica del ‘double tap’.
Una mujer es trasladada a una ambulancia tras un ataque ruso en Pokrovsk, donde se utilizó la táctica del ‘double tap’.
EFE

El pasado 10 de agosto, Rusia lanzó un ataque 'double tap' en la ciudad de Pokrovsk, en Donetsk. Esta táctica, traducida como 'doble toque', consiste en realizar una primera agresión con misiles, artillería o drones en un punto y dejar pasar un tiempo antes de lanzar una segunda oleada contra el mismo objetivo, sabiendo que en la zona se van reunir médicos, rescatadores y civiles que pretenden prestar ayuda a los heridos en el primer bombardeo. En el caso de Pokrovsk, un misil Iskander alcanzó el centro de la ciudad y un segundo cohete llegó 40 minutos después. En total, en el ataque fallecieron nueve personas y 88 resultaron heridas.

Con este tipo de acciones, el Gobierno de Vladimir Putin comienza a utilizar en Ucrania un procedimiento que ya había empleado en Siria pero que, en el panorama militar global, se hizo extensivo durante la etapa del presidente Barack Obama en la Casa Blanca. En Estados Unidos, sin embargo, generó una controversia legal y moral que aún perdura y que obligó a limitar el empleo del 'double tap'. En su día, los expertos en Derecho Internacional aseguraron que este procedimiento vulnera la Convención de Ginebra sobre los usos legales en la guerra, así como las regulaciones internacionales que pretenden proteger a los civiles en un enfrentamiento armado. En Rusia, esta discusión jamás se ha producido.

Estados Unidos comenzó a utilizar los ataques dobles en mayo de 2009, cuando lanzó misiles desde drones contra una mezquita de la ciudad pakistaní de Khaisor en la que se habían reunido un grupo de talibanes. Veinte minutos después del primer impacto, un segundo ataque golpeó la zona. Los dos bombardeos consecutivos causaron 29 muertos.

Dentro de los parámetros de la guerra contra el terror declarada tras el 11-S, este tipo de tácticas se hicieron comunes en las operaciones antiterroristas norteamericanas. Según ha transcendido, en el Gabinete Obama se elaboró la denominada 'Kill list', la lista de personas vinculadas con el terrorismo que había que eliminar. Cada martes, un comité presidido por el propio Obama analizaba las acciones contra los miembros de ese listado o los candidatos a ser incluidos en él. Con el tiempo, los asesinatos con drones se extendieron a Yemen, Somalia, Libia y Afganistán. Y con ellos, la estrategia del 'double tap'.

Durante el mandato de Obama, el número de muetos en acciones antiterroristas llevadas a cabo con drones se disparó. Fuentes oficiales han reconocido un millar de víctimas mortales causadas por estos ataques, aunque otras organizaciones como el Bureau of Investigative Journalism afirman que produjeron entre 7.000 y 10.000.

Detrás de la utilización de los drones existía una decisión política. Según los analistas, la política de 'matar, no capturar' permitía evitar debates políticos como el que se desató tras la decisión de capturar a líderes terroristas y encerrarlos en Guantánamo. Pero las víctimas civiles que causaron los ataques 'double tap' abrieron un debate público sobre la legalidad y la moralidad de estos bombardeos. En especial, ante el incremento de muertos inocentes.

Finalmente, el Gobierno estadounidense comenzó a limitar el 'double tap' ante la presión política y social. Además, los avances tecnológicos permitieron mejorar las actuaciones llevadas a cabo mediante drones. El 3 de agosto del año pasado, un misil norteamericano acabó con la vida del líder de Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri. Este jefe terrorista había salido a la terraza de su casa en Kabul cuando fue alcanzado por un Hellfire R9X. Este modelo no dispone de una cabeza explosiva para no causar víctimas colaterales sino que despliega unas cuchillas de un metro de largo que destrozan al objetivo con las láminas de acero.

El debate político que cambió la estrategia de 'double tap' en Estados Unidos nunca se ha producido en Rusia, que decidió convertir esta forma de combatir en una práctica común. El ejército de Moscú comenzó a utilizar estos ataques en Siria de forma generalizada a partir de 2019. En ese año, por ejemplo, un ataque con barriles explosivos lanzados desde helicópteros mató al menos a 39 personas en Idlib. Sus aliados del ejército sirio los emplearon de manera masiva y ya sin ningún límite. En Siria lanzaron bombas de racimo y de fósforo contra campamentos de refugiados, seguidas más tarde por oleadas de misiles contra los servicios de rescate. La ONG Syria Justice and Accountability Centre publicó un informe el año pasado en el que se contabilizaban 58 ataques de este tipo.

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