Las elecciones de Ecuador comienzan en las cárceles, el epicentro de la ola de violencia

El voto adelantado de unos 5.000 presos da inicio a unos comicios marcados por el temor a las bandas criminales.

Andrea González, candidata a la vicepresidenta, alza el brazo de Christian Zurita.
Andrea González, candidata a la vicepresidenta, alza el brazo de Christian Zurita.
Vicente Gaibor del Pino/Reuters

En un país asolado por las bandas criminales que tienen sus bases de operaciones en las cárceles de Ecuador, fueron los presos los encargados de dar inicio a las votaciones presidenciales y legislativas. Cerca de 5.000 reos sin sentencia firme fueron los primeros en depositar las papeletas en la jornada de sufragios adelantados. En 39 de los 53 centros penitenciarios se habilitaron las urnas para que los privados de la libertad ejerzan su derecho al voto.

Aunque la ley del país andino «prioriza» a la población carcelaria en los comicios, la elección de los reclusos ha tomado una particular relevancia en esta ocasión. Justo en ese medio centenar de prisiones es donde las autoridades presumen se encuentra la cabeza de la delincuencia. Con más de 32.000 encarcelados, el territorio ecuatoriano ha visto cómo las rejas no logran contener la ola de violencia.

Los asesinatos, secuestros, extorsiones, coches bomba y amenazas a la orden del día han marcado estas elecciones. Mientras ellos consignaban su confianza en uno de los ocho candidatos que aspiran al poder, los partidos cerraban este jueves su campaña política. La muerte del candidato presidencial Fernando Villavicencio hace una semana ensombreció los últimos días del periodo electoral, dando un posible vuelco al futuro del país.

La incertidumbre y el temor por la elevada inseguridad imperan en el ambiente. El próximo domingo, el país estará monitoreando minuto a minuto por las fuerzas especiales y los alrededores de los colegios estarán blindados con decenas de miles de efectivos. Más de 13,4 millones de votantes están citados, de los que 4.756 -los reos- ya cumplieron este jueves.

Voces de apoyo a la aspirante del correísmo, Luisa González, resuenan en los recientes sondeos. La candidata, que prometió que el expresidente Rafael Correa sería uno de sus principales asesores, es la favorita de los electores, según las encuestas. Más del 24% la respalda. La nación muestra así un escenario de cambio. Pasar de las manos de la derecha liderada por el actual mandatario, Guillermo Lasso, para volver a la era izquierdista.

Sin embargo, tras el tiroteo de Villavicencio, el electorado fatigado por la ola de criminalidad y el «débil» combate contra los delincuentes parece inclinarse a las propuestas más firmes en la persecución de los malos. Un frente que González no controla. Mientras que el centroderechista Jan Topic -llamado 'el Bukele ecuatoriano'- avanza del quinto al segundo lugar en la intención de voto.

"Retomar el control"

Topic, de 40 años, millonario con antecedentes militares ha incursionado en la política abanderado por su lucha «feroz» contra el crimen organizado. Su estrategia: «Retomar el control de las prisiones y de las fronteras para que nunca más ingrese el narcotráfico o armamento ilícito a nuestras calles». Un discurso de acción que podría convencer a los ciudadanos cansados de la violencia.

La cifra de asesinatos se quintuplicó en seis años. A lo largo de este 2023 más de 3.000 personas han sido asesinadas -el 70% del registro de todo el año pasado- y las denuncias por extorsiones aumentaron un 300% en comparación al 2022. Las muertes a manos de bandas por la lucha de territorios en la llamada 'ruta de la droga' y el cobro de dinero a cambio de «protección» de los mismos grupos también han sido rastreadas hasta las cárceles.

Las celdas, creadas para dar sensación de seguridad al exterior, han pasado a ser el epicentro del crimen desde 2021. Desde hace siete años, los presos no se agrupan por tipo de delito, sino por la banda a la que pertenecen. La falta de personal penitenciario o poco capacitado y el hacinamiento, según el Observatorio de Derechos Humanos, ha creado el escenario óptimo para los cárteles que controlan los centros de reclusión, donde el 60% de los ingresados forman parte de algunos de los grupos ilegales. Más de 400 reos han sido masacrados en medio de enfrentamientos entre las pandillas rivales dentro de las prisiones.

La estela de las bandas criminales cubre unos de los comicios más polarizados jamás vistos. Aunque la derecha o la izquierda no logró allanar un territorio que prevea que bando conseguirá el poder durante los próximos dieciséis meses -tiempo restante para terminar el periodo que Lasso quiso interrumpir con la «muerte cruzada»-, se estima que el encargado de marcar la X en las papeletas será el luto de los miles de muertos por causas violentas que llevan los ecuatorianos.

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