Wagner busca mercenarios y abre centros de reclutamiento para intentar tumbar Bajmut

El grupo de mercenarios denunció que el Kremlin bloqueó las comunicaciones para impedir que pida más municiones.

Soldado ucranianos disparan contra las tropas rusas en Bajmut
Soldado ucranianos disparan contra las tropas rusas en Bajmut
RFE/RL/SERHII NUZHNENKO

Wagner se queda sin mercenarios a medida que se alarga la guerra en Ucrania. Entre los soldados muertos o heridos y los que han huido, el grupo necesita gente nueva a cada instante. La intensa batalla que se disputa por Bajmut, en la región de Donetsk, ha hecho que el conjunto de Yevgueni Prigozhin agote su plantilla. Y para continuar en la primera línea, el oligarca ha anunciado la apertura de centros de reclutamiento en 42 ciudades de Rusia. "Nuevos combatientes llegarán y nos acompañarán para defender su país y sus familias", indicó el empresario.

La escasez en sus filas se ha hecho evidente en lo que Prigozhin ha catalogado como una "colosal resistencia" de las Fuerzas Armadas de Ucrania. "Continuaremos avanzando. Pese a los palos en las ruedas que nos meten a cada paso, superaremos esto juntos", subrayó.

En la lista de las sedes, la mayoría parece ubicarse en gimnasios y clubes de artes marciales. La larga data de grandes competidores de origen ruso en esas áreas deportivas, ha hecho que varios aspirantes asistan a los circuitos de base, por lo cual se han convertido en blanco de la campaña de Wagner.

Esta situación se ha desatado tras el veto impuesto al grupo de reclutar en las cárceles. En 2022, la milicia a favor del Kremlin engrosó sus tropas con la llegada de miles de presos que prestaban sus servicios a cambio de reducciones de pena. Los condenados aceptaban combatir para la empresa privada durante seis meses para recuperar su libertad, si lograban sobrevivir. Prigozhin explicaba a los reos las condiciones del indulto, ya que "la guerra es dura" y que no todos volverían con vida.

Ralentización del reclutamiento

Desde el inicio de la campaña en septiembre, se registró un descenso de casi 30.000 personas en la población carcelaria, según los servicios penitenciarios rusos. Asimismo, la Inteligencia británica advirtió a principios de febrero de una aparente ralentización en el reclutamiento. Sobre la cantidad de efectivos de los dispondría el Grupo Wagner sería de hasta 50.000 efectivos.

De hecho, expertos de la ONU denunciaron ayer el método de reclutamiento y advirtieron que esta práctica podría constituir un crimen de guerra. "Nos preocupan profundamente las informaciones sobre visitas de miembros del Grupo Wagner a distintos centros de detención de Rusia, donde ofrecen indultos a prisioneros a cambio de participar en la invasión y de un salario mensual para sus familiares", indicaron los expertos en un comunicado. Al parecer, los nuevos militantes serían llevados a la región de Rostov (cerca de la frontera ucraniana) donde son entrenados rápidamente.

El brazo armado extraoficial de Rusia se debilita, además, por no contar con suficiente arsenal, según ha reclamado el oligarca desde hace varias semanas. Sin embargo, las demandas no surten efecto y ahora serán menos escuchadas. El jefe de Wagner denunció que le habían bloqueado las comunicaciones y los pases ante las instancias de toma de decisión rusas para que no pida provisiones para su compañía. "Para que deje de pedir munición me desconectaron todos los teléfonos de comunicación especial en todas las oficinas y en todas las unidades", afirmó. Prigozhin y los altos oficiales militares rusos han permanecido enfrentados desde hace varios meses por el mérito de las victorias obtenidas en Ucrania. Por ello, ha acusado al Ministerio de Defensa de "traición" al no dotar de lo necesario a sus combatientes.

Las tensiones con el ministerio se agudizan cada vez que un soldado pierde la vida en la guerra por la "hambruna de municiones", como ha nombrado a la carencia el dueño de Wagner. La falta de misiles se estaría extendiendo al ejército. Los servicios de Inteligencia occidental advirtieron de los supuestos problemas del Kremlin para acumular material y ser capaz de sortear los sistemas de defensa antiaérea de los que dispone Ucrania. Eso explicaría la distancia temporal entre los bombardeos masivos. La ola de ataques del jueves fue "una de las mayores desde diciembre de 2022", pero también ha llamado la atención que había pasado casi un mes desde los anteriores atentados.

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