Francia

Macron baja a la calle para defender el retraso de la edad de jubilación en Francia

El presidente se presenta por sorpresa en un mercado mayorista para explicar que prefiere "la verdad que enfada" a "la mentira que tranquiliza"

Macron, durante su visita este martes a un mercado de París FRANCE POLITICS MACRON
Macron, durante su visita este martes a un mercado de París FRANCE POLITICS MACRON
BENOIT TESSIER/POOL

Emmanuel Macron defendió este martes su reforma de las pensiones durante una visita sorpresa al mercado mayorista de Rungis, en las afueras de París. Se trata de la primera vez que el presidente francés sale del Palacio del Elíseo para mantener un contacto directo con los ciudadanos desde que el Gobierno presentara en enero su controvertido proyecto de ley. Hasta ahora la primera ministra, Élisabeth Borne, y el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, habían sido los que habían estado en primera línea en la defensa del plan y aguantando el chaparrón de críticas mientras el jefe de Estado se mantenía en un segundo plano.

"Todos sabemos que, al vivir más tiempo, no existen los milagros: si queremos mantener un sistema (de pensiones) por reparto hace falta trabajar más tiempo", insistió Macron. El presidente defendió un sistema que calificó de "tesoro" nacional y consideró que es "el patrimonio de aquellos que no tienen".

El mandatario quiere elevar progresivamente la edad de jubilación de los 62 años actuales a los 64 en 2030, pero, según los sondeos, la mayoría de los franceses (67%) se opone a trabajar más tiempo para cobrar su pensión. De cualquier forma, aunque la reforma salga adelante, Francia seguiría siendo uno de los países de la Unión Europea donde los trabajadores cobran antes sus prestaciones. En el resto tienen que esperar hasta los 65 o 67 años. Algunos partidos de la oposición, como La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, abogan por adelantarla a los 60.

Macron dice que prefiere decir "la verdad que enfada" a la "mentira que tranquiliza". El presidente confía en que las protestas convocadas para el próximo 7 de marzo se desarrollen "en la calma" y "en el respeto", permitiendo trabajar a aquellos que lo deseen. Los sindicatos, en cambio, amenazan con paralizar el país para forzar al Gobierno a retirar la reforma.

Distintas estrategias

Por su parte, los partidos de la oposición han adoptado estrategias muy distintas a la hora de manifestar su rechazo al proyecto de ley. Reagrupación Nacional, la formación de extrema derecha de Marine Le Pen, ha preferido centrarse en la Asamblea Nacional y no protestar en las calles, como sí ha hecho el izquierdista La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon.

Los diputados ultraderechistas se han mostrado discretos en el debate parlamentario. Han estado "irreprochables", a ojos de Jordan Bardella, presidente de Reagrupación Nacional. Esta actitud se inscribe en la estrategia más amplia de Marine Le Pen de "desdiabolizar" el partido para hacerlo más presentable de cara al electorado y conquistar más votos en las próximas elecciones presidenciales.

En cambio, La Francia Insumisa ha optado por una actitud más beligerante en el hemiciclo y ha apoyado las protestas de los sindicatos. Sus diputados presentaron miles de enmiendas para torpedear el debate en la Asamblea Nacional. Incluso algunos de ellos han recurrido al insulto para defender su posición en el hemiciclo.

"Hemos tenido el silencio de Reagrupación Nacional, que nunca ha salido de su escondite. Y al otro lado, La Francia Insumisa, que ha vociferado durante dos semanas y ha amenazado directamente al ministro de Trabajo, Olivier Dussopt", resumió en declaraciones a BFMTV el titular de Economía, Bruno Le Maire, quien calificó la actitud de los dos partidos de la oposición de "patética", "lamentable" y "totalmente irresponsable".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión