China levanta todas sus restricciones mientras se agudiza la epidemia de covid

El régimen elimina la cuarentena obligatoria para los viajeros desde el 8 de enero a pesar del explosivo aumento de las infecciones.

Una mujer con un traje de protección frente a la covid en el aeropuerto de Xiamen CHINA PANDEMIC CORONAVIRUS COVID-19
Una mujer con un traje de protección frente a la covid en el aeropuerto de Xiamen CHINA PANDEMIC CORONAVIRUS COVID-19
MARK R. CRISTINO

Tres años después de convertirse en la zona cero de la pandemia y transformada nuevamente estos días en el epicentro global de la covid por el aumento explosivo de casos de las últimas semanas, China ha decidido abrirse al mundo. Sus fronteras volverán a estar abiertas de par en par desde el 8 de enero para los visitantes extranjeros, que ya no deberán pasar la cuarentena obligatoria. Bastará con presentar un test negativo reciente al ingresar al país, que era el único del mundo que hasta ahora exigía un confinamiento de cinco días, a los que le seguían otros tres de observación en el domicilio.

La medida, de la que se hizo eco este lunes el diario 'South China Morning Post' citando hasta tres fuentes oficiales, va en la misma dirección que las ya emprendidas este mes por el régimen de Pekín, cuando sin previo aviso puso fin a la mayoría de las restricciones de la llamada política de 'cero covid'. Las autoridades, presionadas por una fuerte ola de descontento popular que desembocó en las mayores protestas desde la masacre de Tiananmen en 1989, argumentaron que las nuevas variantes de la covid no eran ya tan letales y, en cambio, eran mucho más perjudiciales los efectos en el ánimo de la población y, sobre todo, en la economía, cuya tasa de crecimiento es la más baja en casi medio siglo.

Con lo que seguramente no contaba el Gobierno era con el efecto boomerang que ha generado la relajación de las medidas. No en vano, el gigante asiático se encuentra ante una oleada de casos sin precedentes, que ha colapsado hospitales, morgues, crematorios y ha dejado desabastecidas las farmacias de medicamentos. La situación no se prevé que vaya a mejorar a corto plazo. Al contrario. Las autoridades temen una avalancha de nuevas infecciones con motivo del Año Nuevo chino, en el que, según datos del Ministerio de Transporte, se esperan 3.000 millones de desplazamientos entre el 10 de enero y el 3 de marzo.

A pesar de ese panorama, el régimen parece haber abandonado por completo su política de intentar erradicar el virus a base de confinamientos masivos, como el aislamiento que soportaron durante dos meses los 25 millones de habitantes de Shanghái. Ahora, como el resto de países occidentales, las autoridades pretenden tratar el covid como una enfermedad endémica con la que hay que aprender a convivir. La gran diferencia con buena parte del mundo y que explica la oleada de positivos y la alta letalidad es que la mayoría de su población, de 1.400 millones de habitantes, no han recibido la pauta completa de vacunación.

Mensaje de tranquilidad

"El gran error en China fue que no había conciencia de vacunación entre la población, especialmente entre los ancianos», afirmó este lunes Christian Drosten, jefe de virología del hospital Charité de la capital de Alemania, en una entrevista para el diario alemán 'Tagesspiegel'. Según su razonamiento, la llegada de turistas al gigante asiático en pleno azote del coronavirus no se presume que desencadene en una nueva pandemia. "En mi opinión, la pandemia ha terminado", sostiene este experto, para quien la situación sanitaria solo podría descontrolarse en el planeta si se da una nueva mutación, algo que ve "bastante improbable".

Mientras se espera a partir de enero un 'boom' de vuelos comerciales rumbo a China tras el fin de tres años de duras restricciones que darán un balón de oxígeno a su economía, el régimen de Pekín deberá pelear en el terreno con un volumen de infecciones nunca visto. No en vano, tan solo las autoridades de Zhejiang, una gran provincia industrial próxima a Shanghái con una población de 65,4 millones, informaron el domingo de que estaban luchando contra alrededor de un millón de nuevos casos diarias, un número que se estima que se duplique a lo largo de las próximas jornadas.

Según los medios estatales, el sistema de salud del país se encuentra actualmente bajo una enorme presión. Hasta el punto de que se pide a personal contagiado que trabaje mientras se vuelve a contratar a sanitarios jubilados para asistir a los enfermos, cuya cifra exacta se desconoce ya que las personas contagiadas ahora se hacen los test en casa y raramente informan de los resultados. A ello se añaden las dudas que generan las cifras aportadas por el régimen, ya que según sus cálculos solo se habrían registrado seis muertes desde que se levantaron las restricciones, en claro contraste con las imágenes y testimonios que han trascendido estos días.

Ante la que se augura como una crisis sanitaria de consecuencias impredecibles, el presidente chino, Xi Jinping, animó a una "movilización masiva" para reforzar la concienciación, "mejorar las líneas de defensa social para la prevención de epidemias" y, de ese modo, poder "proteger de forma efectiva la vida y la salud de la población". "Deberíamos lanzar una campaña sanitaria patriótica de manera más afinada", dijo, en declaraciones recogidas por el canal estatal CCTV.

En las que han sido sus primeras palabras tras poner fin al 'cero covid', Xi dejó claro ayer que China se encuentra en etapa diferente y toca dar un giro de 180 grados a su estrategia. «La prevención y el control de la epidemia del coronavirus se enfrenta en nuestro país a nuevas situaciones y nuevas tareas», insistió.

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