Las ONG se niegan a volver al mar hasta desembarcar en Italia a todos los migrantes

El Gobierno de Meloni solo permite que bajen al puerto de Catania las personas más vulnerables mientras el Papa invita a todos los países de la UE a sumarse a la acogida.

Un momento del desembarco que se hizo en Catania de madrugada.
Un momento del desembarco que se hizo en Catania de madrugada.
EFE

Giorgia Meloni ganó las elecciones celebradas en Italia el pasado 25 de septiembre con la promesa de responder con mano dura a la inmigración ilegal y no ha tardado en pasar de las palabras a los hechos. La nueva primera ministra se ratificó ayer en su idea de que solo puedan desembarcar en los puertos italianos los migrantes en situación de vulnerabilidad que hayan sido salvados en el Mediterráneo Central por naves de oenegés con banderas de otros países. Según el Ejecutivo de Roma, los demás tendrán que ser acogidos por las naciones donde estén registrados esos buques, lo que podría suponer una violación del derecho marítimo internacional.

Después de que cuatro naves humanitarias pasaran más de una semana en alta mar a la espera de que se les asignara un puerto seguro donde desembarcar a los más de 1.000 inmigrantes que habían socorrido en el Canal de Sicilia, ayer por fin pudieron bajar a tierra parte de los desplazados que había en esos barcos, el 'Humanity 1' de la ONG alemana homónima y el 'Geo Barents', fletado por Médicos Sin Fronteras. Las autoridades italianas permitieron que solo dejaran los navíos las personas vulnerables, como las mujeres y los niños, instando a que los buques volvieran luego a alta mar. Los responsables del 'Humanity 1' se negaron a ello hasta que bajaran también a tierra los 35 migrantes que quedaban a bordo, tachando de "ilegal" la posición del Gobierno italiano.

También el Papa exigió que se dejara desembarcar a todos los migrantes, instando eso sí a la Unión Europea a que no dejara que la acogida recayera solo en España, Italia, Grecia y Chipre. "Cada Gobierno de la UE tiene que ponerse de acuerdo sobre cuántos inmigrantes puede acoger", subrayó Francisco en el vuelo de vuelta a Roma tras su viaje a Baréin.

Además del 'Humanity 1' y del 'Geo Barents', todavía quedan otras dos naves humanitarias frente a las costas italianas a la espera de poder llevar a un lugar seguro a los desplazados que socorrieron.

En el puerto de Catania hubo protestas de colectivos a favor de la acogida de estas personas, en las que participó el diputado de la izquierda Aboubakar Soumahoro, que denunció que se estaba especulando "sobre la piel de recién nacidos, mujeres y niños". Soumahoro consideró que nos encontramos frente a un regreso de la política de 'puertos cerrados' puesta en marcha en 2018, cuando Matteo Salvini, líder de la Liga, era ministro del Interior.

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