Turquía se consolida como único puente entre Ucrania y Rusia

El presidente Erdogan no desaprovecha cada oportunidad para aparecer ante el público como el gran pacificador que puede salvar al mundo de un nuevo Chernóbil.

Erdogan y Putin se reúnen este viernes.
Erdogan y Putin, en una imagen de archivo.
Kremlin

Superados los seis meses de guerra en Ucrania, Turquía se ha convertido en el único puente que sigue en pie ente Kiev y Moscú. Desde el primer día de la invasión, el Gobierno de Ankara ha tratado de mediar entre los dos bandos, con quienes tiene fuertes conexiones económicas y militares. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se ha tomado la gestión de la crisis como algo personal y sabe que el éxito de esta misión puede ayudar a engrandecer su figura de cara al exterior y, sobre todo, ante las elecciones en las que se juega el cargo dentro de diez meses. El presidente no desaprovecha cada oportunidad para aparecer ante el público como el gran pacificador que puede salvar al mundo de un nuevo Chernóbil, en alusión a los enfrentamientos armados alrededor de la central nuclear de Zaporiyia, en el sureste de Ucrania, la más grande de Europa.

La mediación turca arrancó en los primeros días de la guerra. En marzo, este país fue la sede del primer cara a cara entre los ministros de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, y Rusia, Serguéi Lavrov, su primera y única reunión hasta la fecha. A finales de ese mes dos delegaciones de ambos países volvieron a juntarse para discutir la apertura de corredores humanitarios, entonces llegó la masacre de Bucha, el proceso se complicó y las reuniones se espaciaron, pero los contactos nunca se han detenido.

Los meses de verano han visto cómo la diplomacia ha intensificado sus esfuerzos. En julio, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, y el ministro de Infraestructura de Ucrania, Oleksandr Kubrakov, firmaron en Estambul el acuerdo para desbloquear la salida de barcos con cereal ucraniano y fertilizantes rusos bajo la atenta mirada de Erdogan y del secretario general de la ONU, António Guterres. Un pacto «para hacer frente a la hambruna mundial», según el mandatario turco, y también un paso adelante de cara a un futuro acuerdo de paz entre Kiev y Moscú. En estas semanas ya se han exportado más de un millón de toneladas de grano y el gran objetivo de Erdogan es «aprovechar las posibilidades de transformar la atmósfera positiva creada a raíz del acuerdo en una paz permanente».

La seguridad de Zaporiyia

Este agosto la figura del presidente turco ha cobrado mayor protagonismo, ya que se reunió con Vladímir Putin en Sochi y viajó a Leópolis para hablar con Volodímir Zelenski. Tras este último encuentro, en el que también participó Guterres, es cuando Erdogan destacó la importancia de mediar entre las dos partes porque «no queremos que ocurra un nuevo Chernóbil», en alusión a la inestabilidad creada por los combates en torno a la central de Zaporiyia, en manos rusas desde marzo. Un mensaje compartido por todos los líderes mundiales.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) eligió Estambul para gestionar su visita a Zaporiyia. Aquí se reunió la semana pasada el equipo de expertos liderado por Mariano Grossi, director general del OIEA, con una delegación de técnicos rusos. La visita a la central ucraniana es «inminente», declaró a los medios el diplomático italiano para quien «es fundamental que nuestros expertos estén allí lo antes posible». Zaporiyia es la mayor planta nuclear de Europa y se encuentra en el frente de batalla. Tras una desconexión de 24 horas, la central volvió a conectarse el sábado y, según los medios turcos, esta puede ser la señal de que la visita de los expertos se producirá «en los próximos días».

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