Rusia vuelve a bombardear Kiev en vísperas de la cumbre de la OTAN

El ataque aéreo, que dejó un muerto y seis heridos, alcanzó un edificio residencial y una guardería infantil de la capital ucraniana.

Bombardeo en Kiev. UKRAINE RUSSIA CONFLICT
Bombardeo en Kiev. UKRAINE RUSSIA CONFLICT
SERGEY DOLZHENKO/EFE

Hacía tiempo que Kiev, la capital de Ucrania, no sufría bombardeos, pero ayer por la mañana temprano, horas antes del comienzo de la cumbre del G7 en el castillo de Elmau, en Baviera, el Ejército ruso disparó varios misiles contra la principal ciudad ucraniana. Los proyectiles alcanzaron un edificio de viviendas de varios pisos en el barrio Shevchenkovski y una guardería infantil, según informó el alcalde de la ciudad, Vitali Klichkó.

Hay al menos un muerto y seis heridos, cuatro de ellos hospitalizados, aunque el balance de víctimas podría ser mayor al no haberse descombrado todavía la zona afectada. Los impactos causaron un fuerte incendio. Entre los cuatro hospitalizados, hay una niña de siete años y su madre. El padre es el único fallecido contabilizado hasta ahora. Este mismo barrio fue bombardeado en marzo y a finales de abril, coincidiendo con la visita del secretario general de la ONU, António Guterres.

El Ministerio de Defensa ruso, por su parte, emitió un comunicado asegurando que el ataque tuvo como objetivo la fábrica militar Artiom y que las informaciones sobre la caída de misiles rusos en el barrio Shevchenkovski son «falsas». La nota sostiene que fue un misil ucraniano de defensa antiaérea el que destruyó varios pisos del inmueble en donde se produjeron las víctimas. El departamento castrense ruso recuerda que la misma factoría Artiom ya fue atacada en abril.

Klichkó, que acudió al lugar del siniestro, dijo que el objetivo del ataque «es intimidar ante la cumbre de la OTAN». «Nuestros militares hacen todo lo posible para prevenir los ataques contra nuestra ciudad, pero lamentablemente, no podemos garantizar la seguridad al cien por cien ni en Kiev ni en otras partes de Ucrania mientras continúe la agresión rusa», declaró el alcalde.

"Imperialismo enfermizo"

El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, insistió en que «la cumbre del G7 debe responder con más sanciones contra Rusia y más armas pesadas para Ucrania». Según sus palabras, es necesario «vencer al imperialismo enfermizo» de Moscú. Los bombardeos se extendieron ayer también a la ciudad de Járkov, la segunda más importante del país, y la región de Cherkass, en donde se registró un muerto por los ataques.

Mientras tanto, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, visitó ayer por primera vez a las tropas rusas que combaten en Ucrania. Se trasladó al Donbás, pero no se reveló el lugar exacto. Las tropas rusas acaban de lograr la toma de la ciudad de Severodonetsk y tratan ahora de cercar al Ejército ucraniano en la vecina Lisichansk desde el sur. Los medios rusos señalaron que el viaje de Shoigu a la parte ocupada de Ucrania es de inspección. El ministro, no obstante, aprovechó para repartir medallas entre los militares rusos que más valor demostraron durante el combate, aunque les llamó a no bajar la guardia ya que, según sus palabras, quedan aún «muchas hazañas gloriosas por delante», dando a entender que la contienda será todavía larga.

Una declaración de guerra

El presidente Vladímir Putin expresó por primera vez en un foro internacional su irritación ante la ampliación de la OTAN en la Conferencia de Seguridad de Múnich de 2007. Putin siempre ha sostenido que, una vez que el último líder soviético, Mijaíl Gorbachov, aceptó la reunificación de Alemania, Occidente le prometió que la Alianza no se acercaría a las fronteras de la URSS, garantía que debió darse solo de palabra, ya que no se firmó ningún documento.

A día de hoy, en Moscú dicen estar convencidos de que el origen de todos los males para el sistema de seguridad mundial es la OTAN y, subsidiariamente, Estados Unidos y la Unión Europea principalmente. De hecho, las autoridades rusas reiteran con frecuencia que la actual guerra en Ucrania es en realidad una campaña contra la Alianza Atlántica.

El viernes, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó durante una rueda de prensa en Bakú (Azerbaiyán) que «los países de la Unión Europea y la OTAN se están preparando para la guerra contra Rusia». Lavrov sostuvo que «los europeos han elegido desafortunadamente un camino que recuerda al comienzo de la II Guerra Mundial, cuando Hitler reunió bajo su bandera a una parte significativa, si no a la mayoría, de los países de Europa para luchar contra la Unión Soviética».

«Ahora, de la misma manera, la Unión Europea, junto con la OTAN, están armando la misma coalición, pero más moderna, para luchar y, en general, hacer la guerra a la Federación Rusa. Analizaremos todo esto detenidamente», añadió el jefe de la Diplomacia rusa. Señaló también que son «muy conscientes de que la UE ha evolucionado claramente durante los últimos años en la línea de establecer unos pilares ideológicos agresivos, fundamentalmente rusófobos».

En junio del año pasado, con motivo del 80 aniversario del ataque de las tropas hitlerianas contra la URSS, el semanario alemán 'Die Zeit' publicó un artículo de Putin tachando la expansión de la OTAN de «vestigio de la Guerra Fría». «Desde 1999, se produjeron cinco oleadas más de ampliación con la integración de catorce nuevos países, incluidas repúblicas de la antigua Unión Soviética», en alusión a Estonia, Letonia y Lituania, recalcó el jefe del Kremlin.

La ruptura definitiva de Moscú con la Alianza se produjo el pasado octubre tras la expulsión de ocho diplomáticos rusos acusados de «actividades hostiles». Fue clausurada la Embajada de Rusia ante la OTAN y en Moscú desapareció también la representación aliada.

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