Olena Zelenska: "Ruego a España y al mundo entero que nos entregue armas para protegernos"

La primera dama de Ucrania inaugura el Santander WomenNOW, donde pide el ingreso a la UE. Las participantes del foro de liderazgo femenino alzaron la voz contra distintas formas de opresión, desde política hasta empresarial.

La primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, interviene por videoconferencia en la IV edición de Santander WomenNOW
La primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, interviene por videoconferencia en la IV edición de Santander WomenNOW
Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

Mujeres en guerra y enfrentadas a grandes poderes han expuesto sus objetivos, visiones y esperanzas en la cuarta edición de Santander WomenNOW. La invasión armada de Rusia sobre Ucrania, la opresión de la mujer por los talibanes, los abusadores sexuales de Hollywood o la desigualdad laboral -desde las empresas del Ibex hasta las cocinas- son algunos de los desafíos que confrontan, como líderes mundiales, las participantes de este congreso que inauguró la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska. 

Tras un escritorio, con la bandera azul y amarilla a un lado, Zelenska pronunció un breve discurso duro y combativo. "En este mismo momento, la ciudad de Severodonetsk continúa siendo destruida por los rusos", recordó al público, que la recibió con un largo aplauso, y agradeció el papel español en la acogida de 140.000 refugiados: "Al contemplar el Guernica veo a la Mariúpol destruida y a los habitantes asesinados de Bucha".

Con la proyección de imágenes de cuatro mujeres que mantienen el coraje bajo la agresión (una amputada que se recupera en un hospital, una profesora en armas en el Dombás, una pediatra que cuida recién nacidos y una anciana que intenta reconstruir su casa) pidió el envío de equipamiento militar. "Aunque esto no sea el papel de una primera dama, hoy por primera vez ruego a España y al mundo entero que nos entregue armas para protegernos. Cada día sin armas supone más muerte para nosotros. Hay unas 37.000 mujeres en nuestro ejército. ¿Estas heroicas mujeres deberían luchar desarmadas contra el enemigo? ¿Tendrán algo para detenerlo?".

Zelenska pidió también que su país ingrese en la Unión Europea. "Dentro de unos días tendrá lugar un acontecimiento que podrá decidir el destino de esta guerra terriblemente agresiva". Europa, dijo, debe comprender que "no queremos estar con vosotros en calidad de refugiados, sino como un país afín y aliado. Tenemos el componente esencial para pertenecer a la Unión Europea, que es hacer que prevalezca el valor de la vida humana sobre todo lo demás", mantuvo en el foro que cuenta con el apoyo de Banco Santander como Global Partner, el patrocinio de DKV, Heineken, Iberdrola, Iberia, Inditex, L'Oréal Paris y la colaboración de El Corte Inglés, Hotel Princesa Plaza Madrid, Multiópticas y Salesforce. El rostro, serio, de Zelenska sólo se relajó un instante al final. Casi sonrió y se llevó la mano al corazón para concluir: "Gracias".

Después de la intervención de la economista Mariana Mazzucato, que advirtió que "son las mujeres las que liderarán el cambio" y recomendó "olvidar las teorías de la conspiración porque no existen", el relevo político del foro, titulado 'Liderazgo en tiempos inciertos', lo tomó Fawzia Koofi, exvicepresidenta del Parlamento de Afganistán.

Fortaleza contra la violencia

Conocedora de primera mano de las actitudes y estrategias de los talibanes, Koofi se sentó en la mesa de negociación para intentar que los derechos de las mujeres no fueran pisoteados con el regreso de los fundamentalistas. "Quise negociar", recuerda. "Sabiendo que han matado gente delante de mis ojos, negocié porque el país necesitaba un acuerdo pacífico. A veces las mujeres debemos hacer cosas así".

Pero las promesas talibanes se disolvieron una vez se retiró el ejército norteamericano de su país. Ella, que ahora vive en el exilio, ha sufrido dos atentados. El último, hace dos años. "Cuando me atacaron y estaba a punto de desvanecerme, pensé: ¿qué he hecho mal para que la gente me quiera matar? Pero después pensé que el impacto tan fuerte de lo que he hecho bien hace que algunos quieran eliminarme. Ha sido por una buena causa", reflexiona quien se negó a usar el burka, y escondía el rostro contra una pared cuando llegaban los fanáticos, para evitar que la azotaran. "Si una mujer se hace fuerte, aparecen enemigos y tratan de derrotarte".

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