Guerra entre rusia y ucrania

Fracaso del primer alto el fuego

Kiev suspende la evacuación de Mariúpol al continuar el ataque. Cientos de miles de civiles se encuentran atrapados en el sur de Ucrania.

Members of the Territorial Defense Forces at checkpoint in the eastern frontline of Kiev
Fracaso del primer alto el fuego.
ROMAN PILIPEY

Ha fracasado el único acuerdo alcanzado entre las delegaciones rusa y ucraniana desde que comenzaron a tratar de negociar un alto el fuego y una salida al conflicto. El pasado jueves, en la localidad bielorrusa de Belovézhskaya Pusha, los negociadores rusos y ucranianos acordaron crear «corredores humanitarios» para evacuar a la población civil. Ayer estaba previsto haberlo hecho en Mariúpol, en la costa del mar de Azov, y en otras zonas de Ucrania, en donde la población quedó atrapada a causa de los combates. Pero la desconfianza mutua frustró la operación.

La prueba de que no había demasiada voluntad de cumplir lo pactado es que el Ejército ruso reanudó sus intentos de tomar Mariúpol. "Debido a la reticencia de la parte ucraniana a influir en los nacionalistas o a prolongar el cese el fuego, las operaciones ofensivas se han reanudado", manifestó ayer el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konáshenkov.

Para garantizar la seguridad de los corredores humanitarios en Mariúpol y en la vecina localidad de Volnóvaya, las hostilidades cesaron por la mañana. Sin embargo, aseguró Konáshenkov, «ni un solo civil pudo salir de Mariúpol ni de Volnóvaya por los corredores de seguridad anunciados. La población de esas ciudades está retenida como escudos humanos por los grupos nacionalistas». El portavoz castrense ruso denunció además que tales unidades ucranianas aprovecharon el alto el fuego para «reagruparse y reforzar sus posiciones».

Sin embargo, el alcalde de Mariúpol, Vadim Boichenko, aseguró que «fue postergada por razones de seguridad» la evacuación de civiles a causa de que «las fuerzas rusas continuaron bombardeando la ciudad y sus alrededores». Konáshenkov deploró que en Járkov y Sumy «está pasando lo mismo así como en otros muchos centros de población en donde deberían haberse abiertos los pasillos humanitarios». Lo cierto es que la situación en Mariúpol, sin electricidad, calefacción ni suministros de alimentos es «insostenible» y «desgarradora». Así lo estima el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

La ONG Médicos sin Fronteras (MSF), que dispone de personal enviado a la zona, informó de que la situación en Mariúpol es crítica. «Ayer pudimos recoger agua de nieve y de lluvia para poder beber. Hoy hemos intentado conseguir agua en las distribuciones, pero la cola es enorme», aseguró uno de sus trabajadores. «Las farmacias carecen medicamentos», avisó.

Sin farmacias ni alimentos

Los peores destrozos se produjeron en el centro de la ciudad y en las afueras. Incluso hubo supermercados que fueron atacados. «La población no tenía acceso a alimentos y se vio obligada a llevárselos de los comercios, aunque estos están casi completamente vacíos», dijo Mónica Rull, coordinadora de médica de MSF.

Mientras, ayer se anunció que la tercera ronda de conversaciones entre las delegaciones rusa y ucraniana tendrá lugar mañana lunes, según los representantes de Kiev. La primera ronda tuvo lugar el lunes pasado, sin ningún resultado, y la segunda el jueves con el único compromiso de cesar el fuego para poder abrir los corredores humanitarios. El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió ayer que establecer una «zona de exclusión aérea» sobre el cielo ucraniano, como viene solicitando el máximo líder ucraniano, Volodímir Zelenski, «será considerado como una participación en el conflicto armado». En declaraciones a la agencia TASS, Putin estimó «absolutamente correcta» su decisión de invadir completamente Ucrania, ya que haberlo hecho de forma parcial, como asegura haber contemplado en un principio, «hubiera permitido al otro bando recibir un infinito apoyo de equipos, municiones, etcétera».

Dijo además que la operación aérea ha logrado destruir «casi toda la infraestructura militar de Ucrania y su defensa aérea». En referencia a las sanciones occidentales, el jefe del Kremlin sostuvo que «son como una declaración de guerra».

La guerra contra Ucrania cumplió hoy 11 días. Este sábado se volvió a recrudecer la ofensiva. La resistencia del Ejército ucranio y de la sociedad civil demoró la incursión de las tropas rusas, que optaron por un cambio de estrategia y pusieron en el punto de mira infraestructuras civiles y zonas residenciales.

El Kremlin atacaba ayer el corazón de las ciudades, de donde más de 1,2 millones de personas se han visto obligadas a escapar, según informes la ONU, que contabiliza 351 civiles muertos por la guerra pero avisa de que la cifra es inferior a la real.

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