guerra rusia-ucrania

Zelenski, de hacer humor en televisión a presidir un país en guerra

El presidente ucraniano ganó casi por sorpresa en 2019 unas elecciones en las que se vio aupado por su fama televisiva después de participar en 'late shows' y ganar, incluso, un concurso de tango.

Imagen promocional de uno de los programas de Zelenski en 2019.
Imagen de uno de los programas de Zelenski en 2019, en el que imitaba a Poroshenko.
Heraldo.es

En más de una tertulia radiofónica se habla estos días de qué pasaría si -por ejemplo- el cómico Berto Romero presidiera España. Es un debate recurrente dado que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, era hasta hace poco más de tres años una estrella televisiva bienintencionada que, ahora, se ha convertido en el enemigo número 1 de Rusia. En su primera incursión en la política, Zelenski, de 44 años, ha visto cómo sus promesas de paz han saltado por los aires a consecuencia de la invasión de las tropas de Vladimir Putin

Zelenski procede de Krivói Rog, al sureste del país y, aunque estudió leyes, nunca ejerció de abogado. Se aficionó al concurso humorístico más popular en la televisión soviética, KVN, el ‘Club de la gente Divertida e Ingeniosa’. Participó en sus espacios y pasó de ser un simple concursante a diseñar guiones y crear equipos. En 2003, saltó al programa de chistes y variedades ‘Kvartal 95’ (Barrio 95) de la cadena ucraniana 1+1, donde continúa aún, aunque con el nombre de ‘Vecherni Kvartal’ (La tarde del barrio). Ha sido actor en películas, ganó un concurso de tango y fue miembro del consejo de administración de la cadena Inter. 

Zelenski llegó a la presidencia de Ucrania en 2019, cumbre de una fulgurante carrera política que le hizo pasar de ser un humorista de éxito al jefe de Estado en tiempo récord. Entonces, prometía un acercamiento a Occidente y sellar la paz en las regiones del este, pero ahora ve alejarse ambos horizontes al mismo ritmo que Rusia eleva sus desafíos militares.

Sin un programa político claro, Zelenski irrumpió en un escenario ávido de nuevas caras que quisiesen romper con todo lo anterior, con las imágenes de la plaza Maidán de Kiev aún recientes en la memoria colectiva. De hecho, prometió una regeneración de la vida política y pública (la corrupción ha sido uno de los grandes lastres de la historia reciente de Ucrania) y no dudó en venderse como todo lo contrario a un político al uso.

Volodomir Zelenski, presidente de Ucrania
Volodomir Zelenski, presidente de Ucrania
Oficina de la presidencia de Ucrania

Su mensaje caló y en la primera vuelta se impuso claramente a Petro Poroshenko, que aspiraba a la reelección como presidente. Zelenski superó el 30% de los votos, casi el doble que su rival más directo, y en la segunda ronda el nivel de apoyo ascendió por encima del 73%. También pasó por encima de la carismática ex primera ministra, Julia Timoshenko, que llevaba meses siendo la favorita de los sondeos y quedó relegada a la tercera posición.

Zelenski nunca antes había tenido ninguna relación con la política, salvo el hecho de que apoyó la revuelta del Maidán en el invierno de 2013-2014, en donde llegó en una ocasión a intervenir ante la multitud. Prometió también que antes de que terminase su mandato, Ucrania estaría en condiciones de adherirse tanto a la UE como a la OTAN. En el momento de su ascenso, analistas como la directora de la Fundación de Iniciativas Democráticas, Irina Bekéshkina, achacó el repentino éxito de Zelenski a que "la gente joven en Ucrania ha despertado". Según ella, este segmento de la población "estaba casi desmovilizado por puro desencanto y la ausencia de candidatos interesantes". Pero ahora, gracias a sus programas de televisión, al divertido comediante se le veía como una alternativa "digna" a sustituir a Poroshenko.

Zelenski ha reclamado en varias ocasiones plazos concretos e incluso en diciembre se mostró optimista a este respecto: "Queremos desbloquear el proceso de paz en Donbás cuanto antes, recuperar Crimea, lograr la adhesión a la UE en los próximos años y conseguir una perspectiva muy clara de la OTAN, un calendario muy concreto". "Y queremos conseguirlo en 2022", apostilló.

Sin embargo, 2022 ha traído consigo el despliegue de más de 100.000 militares rusos cerca de las fronteras ucranianas y mensajes continuos de Moscú a los gobiernos occidentales para que aparcasen sus acercamientos a Kiev. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha exigido a la OTAN que renunciase a incorporar a Ucrania.

Tanto la Alianza como Kiev se han negado a enterrar esta posibilidad, a pesar de que todas las partes asumen ya que es inviable en el corto plazo, pero Moscú ha ido elevando sus desafíos hasta el punto de reconocer este lunes la independencia de las regiones separatistas del Donbás, esas que Zelenski prometió recuperar para Ucrania tras llegar al poder.

Zelenski ha pasado de lanzar promesas de 'occidentalización' a tener que comparecer ante la nación para condenar una nueva "violación de la soberanía y la integridad territorial" por parte de Rusia. No en vano, este país ya se había anexionado en 2014 la península de Crimea. El mandatario ucraniano considera que el movimiento de Putin implica para el lado ruso la ruptura de los Acuerdos de Minsk, que había firmado en 2015 su predecesor en el cargo, Poroshenko, y que estaban llamados a ser la hoja de ruta para terminar con el conflicto.

Ahora, Zelenski que aspiraba a "construir una Ucrania fuerte, poderosa y libre, que no sea ni la hermana pequeña de Rusia ni una socia corrupta de Europa" depende en gran medida del apoyo que le brinden los socios occidentales que ha cultivado en estos últimos años, sea en términos económicos, políticos o armamentísticos.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión