Alemania se plantea prohibir el burka como medida antiterrorista

Entre otras medidas también se plantea levantar el secreto médico para detectar y expulsar a posibles amenazas dentro de los refugiados.

Registros policiales contra el Daesh en Alemania
registros policiales contra el Daesh en Alemania
Efe

El partido conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, busca fórmulas para detectar al 'yihadista' oculto en el colectivo de refugiados, ante la alarma por los recientes ataques en Baviera y el clamor de la ciudadanía que pide el reforzamiento de la seguridad en el país.


Levantar el estricto secreto médico para identificar a asilados con tendencias suicidas, agilizar la expulsión de quienes delincan o sean una amenaza para el país y mejorar la vigilancia sobre el mercado negro de armas fueron algunas de las propuestas presentadas hoy por el ministro del Interior, Thomas de Maizière.


"Hay que hacer todo lo posible por mejorar la seguridad", afirmó el ministro, quien denominó su iniciativa -contenido en 16 páginas- de "catálogo de propuestas", algunas de las cuales son normas nuevas y otras un endurecimiento de las existentes.


Para De Maizière, hay que actuar con celeridad, dentro de la actual legislatura, para dar una respuesta ágil a la situación evidenciada por los ataques yihadistas de Würzburg o Ansbach (Baviera), ambos cometidos por refugiados.


Según el ministro, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera Merkel, se trata de normativas "asumibles" por los miembros de la gran coalición que lidera la canciller, incluido el Partido Socialdemócrata (SPD).

De Maizière aludió ahí a los recelos explícitos de esta formación contra el propósito de levantar el precepto de confidencialidad médico-paciente o de restringir el acceso a la doble nacionalidad, como propone el ala más derechista de la CDU.


Recordó que, en lo que respecta al secreto médico, ya están liberados de este precepto los terapeutas y otros especialistas en casos de gravedad, si se detectan tendencias suicidas y otros transtornos que implican un problema grave de seguridad, para terceros o para el propio paciente.


Conviene ahora, añadió, abordar la cuestión de manera específica con quienes tratan a peticionarios de asilo, agilizar la detección de los casos graves y optimizar los tratamientos a personas traumatizadas por los conflictos de su país de origen.


Esas situaciones deben ser comunicadas al departamento de Migración y Refugiados y, de ahí, a las fuerzas de seguridad, según el plan del ministro, quien insistió en que ello no vulnera la práctica actual.

El catálogo de propuestas de De Maizière coincide en bastantes puntos con el borrador de la llamada "Declaración de Berlín", filtrada el pasado miércoles por los medios, que será abordada por el ministro y sus colegas de los "Länder" gobernados por la CDU en una reunión convocada para los 18 y 19 de agosto.


De Maizière se distanció del punto relativo a restringir o incluso suprimir el acceso a la doble nacionalidad -"el sistema actual funciona y no hay motivo para reabrir esa discusión", dijo-. Admitió que otro punto defendido por sus correligionarios, la prohibición del burka y demás formas de velo islámico integral, es difícil de imponer, aunque sí lo hayan hecho otros países europeos.


"No se puede prohibir todo lo que se rechaza. Yo mismo rechazo el uso del burka", afirmó, tras destacar en que le resulta "preocupante" utilizar esas prendas en lugares públicos. El catálogo del ministro y la "Declaración de Berlín" reflejan el interés en las filas de la canciller de dar respuesta a la alarma desatada a finales de julio por dos ataques terroristas en Alemania.


El de Würzburg fue obra de un afgano de 17 años, que se lanzó con un hacha y un cuchillo contra los pasajeros de un tren regional y causó cinco heridos, hasta ser abatido por la policía. El de Ansbach lo cometió un sirio de 27 años, muerto al detonar la bomba que llevaba en la mochila y con la que pretendía acceder a un festival al aire libre.


Tanto al refugiado sirio como al autor del tiroteo de Múnich -un germano-iraní que mató a nueve personas antes de quitarse la vida, en ese caso sin un trasfondo yihadista- se les habían detectado tendencias suicidas.

La sucesión de estos ataques disparó las exigencias de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), formación hermanada a la CDU y hegemónica en ese próspero "Land", de imponer límites a la acogida de refugiados, cuestión que Merkel rechaza.


Un reciente sondeo de la televisión pública alemana reflejó una fuerte caída de popularidad de la canciller, mientras la seguridad es ahora la gran fuente de preocupación del ciudadano en este país.

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