Hungría interceptó el viernes a 7.852 refugiados en su territorio, en su gran mayoría procedentes de Croacia, donde las autoridades locales los habían montado en autobuses y trenes hasta la frontera, informó este sábado la policía magiar.

El número de refugiados que entraron en el país aumentó ayer considerablemente después de tres días de relativa tranquilidad, tras el cierre hermético de la frontera húngaro-serbia.

Mientras, las autoridades húngaras completaron en la madrugada de hoy la valla alambrada de 41 kilómetros a lo largo de la frontera con Croacia, similar a la que ya existe con Serbia, asegura la agencia MTI.

La mayor parte de la frontera entre Hungría y Croacia está formada por los ríos Mura y Dráva, mientras que el resto es frontera terrestre, donde el Gobierno húngaro ha instalado la valla alambrada y donde se elevará otra más masiva, de cuatro metros de altura.

Croacia envío ayer a miles de refugiados en autobuses y trenes hasta Hungría, ante la incapacidad de trasladarlos a Eslovenia, que se ha negado a recibirlos.

En la medida que fueron transportados hasta su territorio, la policía húngara llevó a miles de inmigrantes a diferentes puntos de registro cerca de la frontera con Austria.

Desde los puntos de Szentgotthárd, junto a la frontera austríaca, y de Vámosszabadi, a unos 40 kilómetros de la república alpina, miles de refugiados partieron enseguida hacia Austria.

Mientras, llegó esta mañana un tren con más de mil refugiados a Szentgotthárd, desde donde se supone que cruzarán andando la frontera hacia Austria.

Las autoridades húngaras interceptaron anoche un tren que trasladaba refugiados de Croacia a Hungría, y se produjo una situación de tensión por la presencia de 36 agentes croatas a bordo.

En contra de informaciones iniciales, las autoridades magiares no desarmaron a esos agentes sino que solo los identificó y les acompañó de nuevo hasta la frontera croata.