Un total de 21 personas fueron detenidas en el sur de Francia en una gran operación para desmantelar una red de tráfico de carne de caballo fraudulenta, con ramificaciones en España.

Fuentes de la investigación explicaron que la operación, en la que intervinieron un centenar de gendarmes, se inició a las 06.00 hora local (05.00 GMT) en once departamentos de las regiones Languedoc Rosellón, Provenza Alpes Costa Azul y Midi Pyrénées.

Las fuerzas del orden llevaron a cabo diversos registros, en particular en el matadero de Narbona, pero también en carnicerías y diversos almacenes.

Los investigadores también procedieron a un registro en un matadero en Gerona (en ese caso dirigido por agentes la Guardia Civil española apoyados por gendarmes franceses).

Los detenidos son en su mayor parte negociantes de carne pero también veterinarios de los que se sospecha que falsificaron la documentación de los animales, que habían sido utilizados por el laboratorio farmacéutico Sanofi Pasteur, que los revendía a centros ecuestres como caballos de montura con la prohibición explícita de dedicarlos a la alimentación humana.

"A priori", Sanofi Pasteur no estaba directamente implicado en este fraude, en el que se calcula que se introdujeron en la cadena alimentaria unos 200 caballos, precisó un portavoz de las fuerzas del orden.

Los interrogatorios a los detenidos y los registros deberían ayudar a determinar si los mataderos donde se producían los sacrificios conocían el origen irregular del ganado.

Sanofi Pasteur los utilizaba para producir suero gracias a su capacidad para generar anticuerpos en la sangre.

La investigación, dirigida desde la Gendarmería de Montpellier, comenzó hace "varios meses" con el apoyo de la Oficina Central de Lucha contra los Atentados al Medio Ambiente y a la Salud Pública.

La Fiscalía de Marsella organizaba esta tarde una conferencia de prensa para dar detalles suplementarios de los resultados de las pesquisas, así como de los pasos que se van a dar en el terreno judicial.

Este presunto fraude llega menos de diez meses después de que estallara otro escándalo que también tuvo que ver con la carne de caballo, y de dimensión europea.

En aquella ocasión cientos de toneladas de carne de caballo habían sido importadas en países del este de Europa por negociantes que las vendían a plantas de procesamiento francesas, donde acababan integrándose en platos prefabricados en cuyas etiquetas aparecían no como lo que eran, sino como vacuno.

El ministro francés de Consumo, Benoît Hamon, señaló en la emisora de radio "RTL" que, a diferencia de lo conocido en febrero, ahora lo que hay es "un problema sanitario".

En concreto, se trata de caballos no autorizados para la alimentación que "acaban en la carnicería", indicó Hamon, que recordó que tras el primer escándalo se decidió vigilar el sector de la carne y del pescado para detectar irregularidades.