El nuevo papa

Preparando la entronización

Los operarios retiran la chimenea de las fumatas y comienzan a colocar el altar donde se oficiará la misa de inicio de Pontificado.

Plaza San Pedro en foto de archivo
El Vaticano se prepara para la entronización
EFE

Día de entreguerras en el Vaticano. Tras la jornada histórica del miércoles y la resaca del jueves, la plaza de San Pedro y sus alrededores volvieron a recobrar su imagen habitual, a la espera del ángelus del Papa el domingo y, sobre todo, de la misa de inicio de Pontificado, que tendrá lugar el próximo martes, festividad de San José. Centenares de turistas hacían este viernes cola durante más de dos horas para entrar en la Basílica mientras otros muchos paseaban por la zona y se hacían fotos, como en un día normal. 


Solamente un par de detalles han cambiado respecto a jornadas anteriores. El primero es que ya no está visible uno de los elementos imprescindibles del cónclave: la chimenea que daba salida a las fumatas, que en esta ocasión han sido dos negras y una blanca. El viernes por la mañana los empleados del Vaticano la retiraron y, posteriormente, cubrieron el espacio que había dejado. Ha cumplido su labor (con la inestimable y mediática colaboración de una gaviota que consiguió gran notoriedad) y nadie sabe cuántos años más pasarán hasta que vuelva a ser necesaria.


El otro punto de atención en la plaza de San Pedro estaba en el altar que se ha comenzado a colocar por encima de las escalinatas. Desde allí celebrará el papa Francisco la misa de inicio de su Pontificado. Un operario se afanaba en limpiar con una manguera el espacio donde deberá oficiar la ceremonia el nuevo Santo Padre y en los días posteriores se acondicionará la zona en la que se colocarán las sillas de las diferentes delegaciones.


Mientras tanto, a 500 metros de la plaza de San Pedro, a las puertas del Museo Vaticano, quienes esperaban para entrar en él sabían que, como muy pronto, hasta el domingo no volverá a abrir la Capilla Sixtina, cerrada desde unos días antes del cónclave. "No vamos a entrar porque solo queríamos ver la Capilla. Nos han dicho que a partir del lunes estará abierta seguro, pero nosotros nos volvemos precisamente el lunes, así que el domingo volveremos, a ver si hay suerte", contaba con tristeza la zaragozana Ana López. En el interior del recinto, los operarios trabajan para desmontar las mesas que sirvieron como pupitres a los cardenales y también la rampa que permitía a los purpurados de más edad o más impedidos descender sin riesgo de caerse.


Donde también se comenzaban a desmontar equipos, en este caso de televisión, era en el espacio reservado a los periodistas en un aparcamiento junto a la plaza de San Pedro. Algunos retiraban los focos porque se volvían a sus casas, como es el caso de varias televisiones americanas, que han perdido interés en la cita vaticana después de que ninguno de los candidatos de su país se haya convertido en Papa. En otros casos, se mantendrán las cámaras hasta después de la misa del martes, el acto que cerrará una semana muy intensa en la Santa Sede.