Convención Nacional Republicana

Romney acepta la candidatura republicana a la Casa Blanca y promete empleos

"Obama les prometió parar la subida de los océanos y curar el planeta. Mi promesa es ayudarles a ustedes y a sus familias", ha asegurado el candidato.

El candidato republicano, Mitt Romney, en la clausura de la Convención
El candidato republicano, Mitt Romney, en la clausura de la Convención
JEWEL SAMAD/AFP

El ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney se ha convertido este viernes, oficialmente, en el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos con la promesa de que usará su experiencia exitosa en los negocios para crear empleo, principal preocupación de sus compatriotas. 


EE. UU. necesita "empleos, un montón de empleos", ha dicho Romney en el discurso de clausura de la Convención Republicana, en la que ha alcanzado finalmente el objetivo de la nominación a la Presidencia, que perseguía desde hace años.


El ex gobernador se ha convertido este viernes, además, en el primer miembro de la iglesia mormona candidato a presidir el país.


El tándem formado por Romney, político y empresario de éxito, de 65 años, y el congresista Paul Ryan, de 42, se ha presentado ante el electorado estadounidense como el idóneo para resolver el problema del empleo.


Romney ha mencionado, aunque no ha desarrollado, los cinco elementos del plan con el que pretende crear 12 millones de empleos, si gana las elecciones del 6 de noviembre.


Se basará, ha dicho, en la independencia energética de Norteamérica para 2020, la reforma educativa, la promoción del comercio, el apoyo al empresariado para asegurar "que sus inversiones en EE. UU. no desaparecerán como las de Grecia", y en la defensa de los pequeños negocios.


También ha reiterado su promesa de reducir el déficit y encaminar al país hacia unas cuentas equilibradas, objetivos que han constituido la ocupación principal de su compañero de fórmula, Paul Ryan, durante su etapa como presidente del comité presupuestario de la Cámara de Representantes.


"Acepto su nominación como candidato a la Presidencia de EE. UU." con "humildad y profundamente conmovido por la confianza depositada en mí", comenzó diciendo Romney en medio de ovaciones y ante miles de delegados que coreaban "U-S-A, U-S-A", en el último día de la conferencia nacional republicana.


Romney se ha referido desde el comienzo a Estados Unidos como una "nación de inmigrantes" y ha recordado las raíces mexicanas de su familia.


Antes de su intervención, la noche estuvo plagada de referencias y guiños a la comunidad hispana en EE. UU., un grupo clave para la victoria en noviembre, que opta mayoritariamente por los demócratas.


Romney ha pintado un panorama sombrío de la economía, cuatro años después de la elección del presidente Barack Obama, quien aspira a la reelección.


Por primera vez, ha dicho, "la mayoría de los estadounidenses ahora tiene dudas sobre el futuro de sus hijos".


Ha recordado que, hace cuatro años, los estadounidenses sintieron "un entusiasmo renovado sobre las posibilidades que ofrecía" Obama, y mantuvieron su "optimismo" en el futuro, pero la ilusión se ha esfumado.


Los republicanos buscan atraer a los descontentos con las dificultades económicas y convencer a los indecisos de que Obama ha malgastado su oportunidad.


"Habría deseado que el presidente Obama hubiera tenido éxito, porque quiero que EE. UU. tenga éxito. Pero sus promesas han dado lugar a decepción y división", ha comentado.


Romney ha atacado una y otra vez a Obama y ha llegado a ridiculizar sus políticas: "Obama les prometió parar la subida de los océanos y curar el planeta. Mi promesa es ayudarles a ustedes y a sus familias".


También ha prometido defender "la santidad de la vida", la institución del matrimonio y la libertad religiosa.


En el área de la política exterior, Romney ha criticado que Obama haya "flexibilizado las sanciones contra la Cuba de Castro".


A lo largo de su discurso ha tratado de compartir con la audiencia detalles de su biografía, en un intento de quebrar la imagen de multimillonario ajeno a las preocupaciones de la gente corriente.


Romney ha reivindicado su éxito como fundador de la consultora 'Bain Capital' y se ha defendido de los ataques de los demócratas diciendo que "Estados Unidos celebra el éxito, no se disculpa por el éxito".


Ha hablado con la voz entrecortada al referirse a sus familia y recordar cómo su padre, que también aspiró a la Presidencia y a quien él idolatraba, siempre le dejaba una rosa en las mañanas y supo de su fallecimiento cuando "ya no hubo más rosas".


Ha hablado algo más, pero no mucho, de su fe, un aspecto de su biografía que provoca recelo entre los evangélicos más ortodoxos.


Se ha referido al "amor incondicional" que junto a su esposa, Ann, han tratado de transmitir a sus cinco hijos y 18 nietos, convencidos de que no hay nada como el amor de los padres para ayudar a "sanar este mundo".


El candidato ha pedido el apoyo de los votantes para "restaurar la promesa de EE. UU.".


Ha planteado una pregunta directa a los electores: "Si ustedes sintieron entusiasmo cuando votaron por Barack Obama, ¿no deberían sentir lo mismo ahora que es presidente?".


Y ha concluido: "Algo anda mal con el tipo de labor que él ha hecho como presidente cuando la mejor sensación que tuvieron fue cuando votaron por él".