Un 20% de la superficie de la provincia destinada a cereal se quedará sin sembrar por culpa de la sequía

La falta de lluvias pone en apuros también a la ganadería. Escasea el pasto y se están secando los abrevaderos del monte.

Francisco Sáez y Javier Ibáñez, agricultores de Celadas, en un campo a medio labrar por la sequía.
Un 20% de la superficie de la provincia destinada a cereal se quedará sin sembrar por culpa de la sequía
J. Escudero

La sequía que arrastra la provincia de Teruel desde la pasada primavera está poniendo en serios apuros a agricultores y ganaderos de las distintas comarcas. Unos y otros tienen puestas sus esperanzas en el frente lluvioso anunciado para la próxima semana con el fin de evitar una situación que podrían llegar a ser "crítica", según aseguran.


La falta de agua a lo largo de este otoño está obligando a los agricultores cerealistas a sembrar con la tierra seca, lo que exige un mayor esfuerzo y trabajo y conlleva menores garantías de éxito en la cosecha. Tanto es así que muchos profesionales del campo han tenido que dejar en barbecho parcelas que con ambiente húmedo son muy productivas. Otros, empezaron a labrar un terreno y en mitad del campo decidieron abandonar el trabajo ante las dificultades para preparar la tierra.


El secretario del sindicato agrario Asaja, José Manuel Cebollada, calcula que un 20% de la superficie de cereal de la provincia de Teruel se quedará este año sin sembrar por culpa de la sequía. "La tierra no está suelta y la siembra no es buena;el trigo y el centeno no nacerán bien, por eso muchas hectáreas se van a quedar sin labrar", aseguró Cebollada.


También mostró su preocupación por la falta de lluvias el secretario provincial de UAGA, Roberto Sanz, quien explicó que las tierras más duras o arcillosas "están llenas de terrones". Agregó que, ante la sequedad del suelo y las malas perspectivas de cosecha, hay agricultores que optan por sembrar directamente, sin arar la tierra, para que, al menos, los gastos sean mínimos.


No obstante, Sanz opinó que el porcentaje final de hectáreas cerealistas que quedarán sin explotar este año por falta de humedad podría ser algo inferior a ese 20% que fija Asaja, al tener noticias de que algunos agricultores han decidido posponer la siembra hasta enero, "para ver si llueve mientras tanto".


"Muchos campos buenos no se han podido labrar", lamentó ayer Javier Ibáñez, agricultor de Celadas –a 20 kilómetros de Teruel–. "Llevamos años malos, pero este es peor", subrayó. Según dijo, este verano llegaron a caer en la zona 30 litros por metro cuadrado, pero tan repartidos en varios días que el sol y el viento iban secando la escasa capa húmeda que se formaba en los campos. En el último año, la capital y su entorno han recibido apenas 232 litros de agua acumulada.


Otro agricultor de la misma localidad, Francisco Sáez, destacó que en años tan secos, "las cuentas no salen". "Los costes son los mismos, pero la producción es incierta; y los seguros agrarios son muy caros", se quejó.

Los manantiales, bajo mínimos

No están en mejor situación los ganaderos. Según explicó el alcalde de Cantavieja, Ricardo Altabás, las explotaciones agropecuarias de las masías se están quedando sin agua y sus propietarios se ven obligados a abastecerse de las balsas municipales que hay por el monte para la lucha contra incendios para dar de beber a sus animales. Por otro lado, los pastos empiezan a escasear.


Altabás advirtió de que los manantiales "están bajo mínimos y si no llueve en los próximos días, habrá problemas serios, incluso para el agua de boca de las poblaciones". Cantavieja es la capital administrativa del Maestrazgo, la comarca, junto con el Matarraña, que más sequía presenta actualmente de todo Aragón.


El alcalde de Cantavieja mostró, no obstante, su confianza en que las localidades de la zona no tengan que recurrir a los camiones cisterna de los bomberos para disponer de agua de boca. "Antes de llegar a esa medida, restringiríamos el consumo por las noches", afirmó.


Altabás lamentó que la falta de tormentas este verano ha reducido al mínimo la aparición de setas, otra de las fuentes de riqueza del Maestrazgo tanto por el producto en sí como por la atracción de turistas. "Ni nieva ni hay tormentas; no hay pastos para el ganado y tampoco setas. La cosa está muy mal, estamos llegando a una situación crítica", aseguró.

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