Raciones y bailes del sur en una casa de Zaragoza muy animada
La Marimorena cumple un año en Zaragoza con una propuesta gastronómica consolidada
La Casa de la Marimorena cumple un año mirando al sur de la mano de Víctor Plou y Arturo Borraz, que dejaron la moda para centrarse en el proyecto gastronómico que siempre había estado en su cabeza. A esta aventura se sumó Cristina Plou, responsable de que las cuentas salgan y de que el negocio encuentre su equilibrio.
Nada más cruzar la puerta de este restaurante de la calle de Fuenclara, Álvaro Leytón, el cortador de jamón, maneja con destreza tres patas con sus bridas ibéricas verde, roja y negra. Pocos locales hay en Zaragoza que tengan esta propuesta jamonera. Además, se corta al momento.
La zona de taberna con sus mesas altas es la más ambientada y, al fondo, a la izquierda, está el comedor para una degustación más tranquila. En los dos espacios se puede comer lo mismo. En el espejo no está toda la carta, pero sí lo más importante.
Tapas y raciones. En los dos formatos se pueden degustar bastantes propuestas. Por ejemplo, la pringá, en un montadito. Y es que el puchero, con guisos que pasan mucho tiempo al fuego, como el rabo al vino tinto o la carrillera con romero y miel, se hacen sin prisas, como la buena cocina.
La carta es tan amplia que es difícil hablar de lo que más y mejor se ha acomodado en este año a los gustos de la clientela, pero, sin duda, las tortillas de camarón, la ensaladilla de gambas, los pinchos morunos de la Fernanda y la fritura variada (langostinos, pescaítos, bienmesabe, cocho, rejo, anilla de calamar…) son algunos de los platos más demandados.
El disfrute gastronómico en la Marimorena va unido a la música y el baile del sur. Las actuaciones en la cueva los sábados, con artistas como Javier Durán, Luis Clavería o Josué Barrés, son el complemento perfecto en uno de los locales más disfrutones de Zaragoza.
