El restaurante de Zaragoza que te traslada a la Toscana
Su decoración incluye un jardín interior acristalado y hace que la imaginación transporte a los visitantes hasta una casa de la Toscana.
Cariñena, como todo el mundo sabe en Aragón y cada vez más gente fuera de la Comunidad, es tierra de vino. Cuando la cultura del vino se asienta en una localidad, sobre todo si hay raíces profundas, es normal que la gastronomía local se haga más exigente. Desde luego, esta villa aragonesa a apenas media hora por carretera de la capital provincial merece una visita simplemente por esta razón: a la extensión de la pastelería Manuel Segura, de Daroca, se unen restaurantes como el Bako (magnífico tratamiento de las carnes, en un ambiente exquisito) o la Rebotica, uno de los mejores restaurantes de comida familiar de Aragón, entre otros.
Entreviñedos en Cariñena
Desde 2019 hay un invitado llamativo en esa lista, aunque tuvo una apertura plena en febrero de 2021 tras el golpe de la pandemia a todo el sector. Es Entreviñedos, en la céntrica plaza de Las Almas de Cariñena, junto a la iglesia fortificada de la Asunción de Nuestra Señora. Su decoración incluye un jardín interior acristalado y hace que la imaginación transporte a los visitantes hasta una casa de la Toscana. Los menús suelen cambiar con las estaciones: ahora se han preparado unas suculentas especialidades navideñas y algunas seguirán en carta tras esa fecha.
Los mandamientos del restaurante están claros: productos de kilómetro cero, cuidado extremo de la materia prima, respetar las recetas tradicionales con leves detalles que les den una personalidad propia e inventar un poco más a la hora de buscar la sorpresa en el paladar. Ese equilibrio entre el riesgo y la cocina aragonesa, con una buena profundidad de opciones en menú y carta, hace que cualquiera tenga la posibilidad de diseñar su comida ideal.
Menú delicioso en el restaurante Entreviñedos
En este mes de enero, el menú del día en Entreviñedos está en 22 euros más IVA y comprende tres aperitivos a elegir entre tres cremas: de calabaza con espuma de queso Tresviso. De bacalao o de tubérculos blancos, además de una vichysoisse con fondo dulce de cebolla de Fuencampo.
Los primeros van desde unos garbanzos a la americana con langostinos marinados en Sumak a un risotto de trigo trufado con jamón de la vecina Encinacorba y boletus, pasando por el timbal de pulpo con fondo de patata ahumado y gratén de gallega, junto a chips de yuca, boniato, plátano macho y patata.
Entre los segundos, el espectacular canelón de ternera gallega con salsa de queso Tresviso, polvo de jamón y sésamo tostado está para chuparse los dedos, lo mismo que el conejo escabechado o el encebollado de chipirón con jerez. También destaca un picantón en escabeche de cítricos y patatas paja o una excelente paletilla de cordero sobre puré de patata. Entre los diferentes postres caseros destacan las peras al vino, la tarta de queso de Cabrales o el increíble helado de romero. En el menú, además, va incluida la degustación de aceite y tomate de Tosos. La carta va mucho más allá, pero sería demasiado largo detallarla al completo. Es mejor acudir y comprobarlo personalmente.
