Elegantes whiskies japoneses para brindar en Aragón

La centenaria House of Suntory muestra algunas de sus referencias de whisky más especiales.

Los whiskies de House of Suntory, en Montal de Zaragoza.
Los whiskies de House of Suntory, en Montal de Zaragoza.
Montañés

Shinjiro era un japonés que quedó prendado por los vinos y espirituosos de occidente. Tomando como base estas bebidas, y con su vena emprendedora, creó unos brindis adaptados al sutil y fino paladar nipón. Tras probar suerte con el vino, proyectó la primera destilería de whisky de malta de Japón en la ciudad de Yamazaki, a las afueras de Kioto. 

Todo un desafío que tuvo un final feliz. Aquello ocurrió en 1923 y ahora, un siglo más tarde, las elegantes propuestas de House of Suntory cautivan en todo el mundo. También en Aragón.

Quedó demostrado esta semana en una íntima comida maridada en la también centenaria Montal, en la calle de Torre Nueva de Zaragoza. Uno de sus salones se impregnó de la historia y aromas de varios de los whiskys de la firma japonesa. Yamazaki Distillers Reserve, insignia de la marca, fue el primero que vistió la copa de un atractivo ámbar. Se trata de una propuesta que aúna matices de coco, incienso japonés, fresa y frambuesa; que se combinó con un solomillo de ternera, calabaza asada y salsa de boletus.

El salmón macerado durante seis horas sobre una vichyssoise de avellanas de Montal se tomó con un refrescante Hibiki Japanese Harmony Highball. Un cóctel tan fino como las burbujas que ofrecía en el vaso que remataba una rodaja de ciruela. Espectacular combinación que enfrió un bloque prismático de hielo, detalle que también se cuida con mimo en la cultura japonesa y que consigue que el whisky no pierda los matices y se mantenga frío.

Para el arroz meloso de chipirones, trompeta negra y parmesano se optó por The Hakushu Distellers Reserve, una propuesta repleta de notas ahumadas que cuando se toman ascienden a la nariz y se prolonga la ilusión del whisky japonés. El remate fue de la mano de Hibiki Harmony Ice-Ball, el cóctel que acompañó la delicia de chocolate que salió de la cocina de Montal. Es la unión de una treintena de whiskies que bien armonizan.

Estos brindis son sorbos de una cultura nipona también presente en Aragón. Como dicen en Japón, ¡kampai! –es decir, chín chín–.

Apúntate a la newsletter de gastronomía de HERALDO y recibe en tu correo recetas para hacer en casa y las últimas noticias del sector.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión