Durante los últimos tres años, el cocinero David Baldrich y su equipo del restaurante La Senda han emprendido otros tantos proyectos, a razón de uno por año. El más reciente de todos ellos es la reubicación de La Senda Tapas, que emprende nueva andadura en el número 7 de la calle Lorente de Zaragoza. Óscar Baldrich, hermano de David, está al frente del local, más amplio y luminoso, en el que las posibilidades de la cocina han mejorado notablemente.

En cuanto al tapeo, presenta varias novedades. Eso sí, hay propuestas que no desaparecen: el huevo trufado a baja temperatura con bechamel de cebolla, jamón, hongos y ceniza de patatas; el canelón con cuscús, ajo tierno y pimentón; el ceviche de atún con aire de coco y helado de yuzu...

Junto a estas tapas de autor se incorporan otras con la idea de versionar en formato más pequeño platos del restaurante La Senda. Es el caso de las manitas sobre crema de coliflor y salsa de carne acidulada, que tan difícil le resulta a David quitar del menú, o el taco de pollo desmechado con crema de pepino, menta y yogur. Otra novedad es que se van a trabajar más las sugerencias vinculadas a productos de temporada, dándole protagonismo a la cocina de mercado.

Más raciones

Además de tapas, en la nueva Senda las raciones encuentran mayor acomodo. Este es otro argumento nuevo que se vincula a la cocina tradicional, que va a estar muy presente. Por ejemplo, en forma de callos, bacalao ajoarriero, tortilla de patata o unas bravas bien trabajadas, con sus tiempos de cocción, confitado, fritura... y salsa casera, que no cuesta tanto elaborarla.

Con este muestrario inicia su andadura la nueva Senda Tapas, al lado de clásicos como Artigas o El Chaflán, con una idea culinaria que pretende ser complementaria y que, a buen seguro, servirá para dar todavía más vida a esta zona de bares de Zaragoza.

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