La ensalada, la reina del verano

La ensalada se agradece con el calor y sirve como plato único cuando incorpora proteínas e hidratos.

Manuel Rodrigo, chef del Baobab, con su ensalada de arroz negro con tofu picante y aliño de miso.
Manuel Rodrigo, chef del Baobab, con su ensalada de arroz negro con tofu picante y aliño de miso.
Guillermo Mestre

No solo, ni mucho menos, pero las ensaladas son, sobre todo, para el verano, como un chapuzón en la piscina, un paseo por la playa o una excursión en bicicleta. "Aunque se comen y se pueden comer durante todo el año, ahora es una época que por el calor apetecen menús ligeros y refrescantes", afirma Manuel Rodrigo, cocinero del restaurante vegetariano Baobab.

‘Ensalada de arroz negro con tofu picante y aliño de miso dulce y tahín’ es la propuesta del chef zaragozano para superar los rigores del estío. "En realidad –cuenta–, esta no es una receta como tal, sino muchas, ya que este tipo de ensaladas lo que requieren son una serie de elementos que completen todas las necesidades nutricionales básicas (hidratos, proteínas, grasas, vitaminas…), que  combinen organolépticamente y, ademas, sean estéticamente armoniosas en el plato". Ahí es nada. En otras palabras, que alimente, despierte los sentidos y sea bonita y divertida, que no sea un tostón.

Base verde importante

La ensalada suele arrancar con una base verde importante. Vale cualquier tipo de lechuga, que se puede combinar con verduras como la kale –una especie de col rizada muy interesante a nivel nutritivo y baja en calorías–, la espinaca –que está llena de vitaminas, fibra y minerales– y el brócoli. Además, frutas como el aguacate, rico en aceites vegetales, combinan bien.

Al ‘verde’, Rodrigo recomienda añadir al menos un 25% de hidratos –cereales, como arroz integral,  quinoa, mijo, cebada e incluso cuscús, que añaden energía– y otro 25% de proteínas, como el tofu o cualquier legumbre e incluso pescado o pollo. Con todos o algunos de estos ingredientes, la ensalada se convierte en un plato único y saludable que, según el chef del Baobab, "puede funcionar como un plato combinado similar a un filete con patatas fritas y lechuga, por ejemplo".

Las posibilidades de combinación de elementos en una ensalada son casi ilimitadas. Diego Cabrero, cocinero del restaurante Quema de Zaragoza, cuenta que, dada la sencillez de la ensalada, "lo importante es la calidad de los ingredientes porque, cuanto mejor sea, menos variedad será necesaria". Su propuesta, incluida en la carta del Quema este verano, se llama ‘Ensalada de trucha imperial marinada, borrajas, salsa ponzu y raifort (una especie de rábano picante)’. Sencilla, pero completa y de buena presentación.

La bloguera Migue Mateo, autora de la bitácora sobre gastronomía ahungryblog, se muestra muy fan de la ensalada como plato único. "Bien armadas son una excelente opción, son prácticas, coloridas y con buen aporte nutricional, a las que además se les puede dar la vuelta de mil maneras. Lo mejor es utilizar ingredientes naturales, agregar una buena fuente de proteína (hecha a la plancha o al vapor), usar especias para dar sabor a la vez que reducimos sal y sustituir los aderezos calóricos por aceite de oliva y vinagre". "Solo hace falta –añade– ser creativos y hacerlas con gusto".

En la calle proliferan en comercios y supermercados ensaladas listas en envases preparados para abrir y comer. Su auge confirma que funciona, con determinadas condiciones, como plato único. Vienen preparadas en un envoltorio de plástico y cada día la variedad aumenta. Las hay de pollo y queso, ibéricas, de pasta y espinacas con pollo marinado, de kale con queso, remolacha y frutos secos, de atún… Sus precios, variados, suelen situarse a partir de los dos euros y medio, aproximadamente.

Marilourdes de Torres, coordinadora en Aragón de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, las ve como "una forma de comer saludable, siempre y cuando sean un sustitutivo de otras comidas menos sanas, como pueden ser un bollo industrial o un bocadillo de hamburguesa grasienta", a pesar, no obstante, de que desde el punto de vista medioambiental no son buenas porque van envueltas en mucho plástico. "Mejor, afirma, hacerlas en casa y, con algo de proteínas, como unas sardinas de lata o un filete de jamón york, sirven perfectamente como plato único".

De casa o de tienda, la chispa de cualquier ensalada la ofrece "un buen repertorio de aliños –vinagreta, cítricos, con mostazas...– porque son los que dan gracia a la ensalada", resume Rodrigo.

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