Tonik busca reinventarse

Su objetivo es que lo que suceda a la mesa o en la barra de esta cafetería englobe muchas cosas: desde un exquisita atención hasta una carta muy actualizada.

El equipo del restaurante Tonik con dos de sus propuestas culinarias.
El equipo del restaurante Tonik con dos de sus propuestas culinarias.
Aránzazu Navarro

Cuando un negocio empieza a pasar de una mano a otra, mala señal. Lo habitual es que vaya a peor y termine abocado al cierre. En una espiral así estaba sumido hace unos años el bar Tonik, un clásico del barrio de La Almozara, cuya historia y prestigio se fueron poco a poco agotando hasta que, hace cinco años, llegaron Elena Pantea y Antonio Ponce.

Ellos tomaron la decisión de que ese iba a ser su proyecto personal, en el que querían mostrar todo lo aprendido en negocios hosteleros de mucho nivel. Y en ello están, plasmando nuevas ideas constantemente, la última de ellas muy interesante desde el punto de vista gastronómico.

Básicamente, su objetivo es que lo que suceda a la mesa o en la barra de esta cafetería englobe muchas cosas: una exquisita atención en sala, un café de calidad, la inquietud por mostrar buenos vinos de la tierra pero también del mundo, la posibilidad de tomar a la hora del vermú combinados con bebidas amargas y de aperitivo, y, por supuesto, que la carta se mantenga al día. El novedoso apartado de sugerencias es el ejemplo más claro. Este ideario ha llegado, además, de la mano de un interesante cambio de cara. El local, que se divide en dos zonas de comedor para más de cien personas, ha ganado en luminosidad y en sensación de amplitud.

Bocadillos, tostadas, ensaladas y hamburguesas han sido hasta hace dos meses las principales propuestas. Hoy continúan estando muy presentes, porque la clientela manda y esta fórmula para resolver informalmente una comida, una merienda o una cena sigue funcionando.

En estos casos, las presentaciones pero, sobre todo, el contenido, están muy cuidados. Y esto no es una novedad. Por ejemplo, el bocadillo que toma el nombre del local lleva unos cuantos años en la carta: mousse y virutas de foie, queso mozzarella y, lo mejor, un secreto ibérico de gran calidad confitado durante horas, que ofrece unas sensaciones increíbles en el paladar.

Pero el salto de calidad en Tonik aparece enmarcado en el apartado de sugerencias. Entre las carnes se le hace un hueco al entrecot, el solomillo de vaca al Pedro Ximénez y el chuletón a la piedra. De los pescados merece la pena reseñar el bacalao gratinado con alioli y un refrescante tartar de atún realizado con aguacate y tomate.

Hay más sugerencias, como el arroz negro y el risotto de setas, además de una interesante selección de embutidos, patés y quesos en raciones para compartir. Lo dicho, una apuesta que sube el nivel y demuestra que en la periferia también se puede disfrutar a la mesa con una propuesta de amplio recorrido.

La carta de vinos va en la misma línea. Además de varias referencias aragonesas, se han incorporado en esta nueva etapa los vinos 19 Crime Red, australiano; Isla Negra, chileno, y Adeletto Prosecco, italiano.

Tonik

Avda. Puerta Sancho, 12. Zaragoza. Teléfono:  876 11 47 99- Ver otros restaurantes recomendados

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