El Bajo Aragón es la zona con los olivos más antiguos de España y donde se produce uno de los mejores aceites. Las condiciones climáticas, por una parte, y las propias características de la variedad empeltre, casi exclusivamente cultivada en la zona, por otra, producen un aceite de gran calidad.

El aceite de oliva es uno de los ingredientes básicos en la dieta mediterránea, por lo que está presente en todas las cocinas. Su cuerpo, acidez y sabor hacen de los platos que con él se preparan una delicia para el paladar.

Este producto es una de las joyas de nuestra gastronomía y, como tal, hay que disfrutarlo, pero también cuidarlo. Los restaurantes se preocupan cada vez más por ofrecer a sus clientes aceite de calidad. El preferido de los hosteleros es el aceite de oliva virgen extra y lo sacan a sus mesas etiquetado y en formato monodosis.

Este oro líquido también se obtiene en otras zonas de la geografía aragonesa, como en las comarcas de Somontano, La Litera, Tarazona, el Moncayo y Campo de Borja, donde consiguen un aceite multivarietal y equilibrado con propiedades únicas que lo hacen diferente al del resto de las comarcas olivareras.

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