Puerta Cinegia Gastronómica, a todo gas

El público abarrotó ayer las instalaciones en el primer día de apertura del nuevo espacio del centro de Zaragoza.

Ayer por la tarde, el nuevo mercado gastronómico estaba muy concurrido.
Ayer por la tarde, el nuevo mercado gastronómico estaba muy concurrido.
Aránzazu Navarro

No ha podido empezar mejor su andadura el nuevo espacio de ocio Puerta Cinegia Gastronómica, una iniciativa que pretende emular el éxito de los mercados-restaurante que se están poniendo de moda en grandes ciudades de todo el mundo. Ayer, primer día de apertura al público, la animación se hizo notar desde primera hora de la mañana, ya que a las 8.00 sube la persiana la pastelería, Baires, que hay en el espacio, ubicado en la primera planta del centro comercial de la plaza de España. La hora del desayuno sirvió de excusa a muchos zaragozanos para subir allí e ‘inspeccionar’ las diferentes estancias.


Una de la que más curiosidad despierta es la majestuosa barra de cervezas La Zaragozana que ocupa buena parte de la superficie del local. Tres grandes depósitos de cerveza de barril surten los distintos grifos que dispensan las cañas en todo su perímetro. Allí también se pueden degustar algunos pinchos para matar el gusanillo hasta que abren los demás locales, justo al mediodía. Y ayer, desde bastantes minutos antes, ya había público esperando para probar las croquetas de Doña Casta o los arroces del Bulevar, establecimientos que han trasladado a este lugar el modelo de negocio que les han hecho merecedores de un gran número de seguidores, el primero en el Tubo y el segundo en Montecanal. Rubén Marqueta, propietario de este último, mostraba una gran satisfacción por la aceptación que estaba teniendo su oferta, centrada en ocho arroces diferentes y unas pocas raciones, como huevos rotos, patatas bravas y papas arrugás canarias. Idénticas sensaciones embargaban a Chema Ramón, cocinero de larga trayectoria en la sidrería El Trasgo, cuyo concepto ha trasladado a Puerta Cinegia en un puesto denominado Pinchapán, especializado en pinchos de vinagrillos, bocatines o tortilla de patata, en el que no paraba de servir sidra.


Por su parte, Joaquín Carbó, decorador y una de las almas máter del espacio, daba fe del buen pie con que ha abierto el gastromercado, en el que ayer ya iba todo sobre ruedas tras los tres días de inauguraciones que sirvieron de rodaje y cuyos efectos se han hecho notar algo en el Tubo.

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