Dulces artesanos de toda España, a la venta en Zaragoza para el mantenimiento de conventos

Pastas de limón de Huesca y "princesitas" y "glorias" de Barbastro se encuentran entre las 144 variedades dulces que acerca esta edición.

La segunda edición de Expoclausura llega a Zaragoza.
Dulces artesanos de toda España, a la venta en Zaragoza para el mantenimiento de conventos
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Más de 140 dulces elaborados por más de una treintena de congregaciones religiosas de toda la geografía española se han puesto este jueves a la venta en Zaragoza para recaudar fondos con los que hacer frente al mantenimiento de monasterios y conventos de clausura con siglos de antigüedad.


Se trata de la II Edición de Expoclausura en Zaragoza que, tras la buena acogida del año anterior, ha abierto este jueves sus puertas en el centro comercial El Caracol para hacer las delicias de los más golosos.


Hasta allí, se han acercado muchos curiosos que no han podido evitar comprar más de una caja de estos dulces navideños, entre turrones, polvorones, mantecados, hojaldres, cocadas, trufas, bombones, amarguillos, rosquillas y mermeladas.


Se venden perfectamente envasados y etiquetados con la información del convento y la congregación que los ha elaborado.


Así, se pueden encontrar "estrellas de Jerusalén" del Monasterio de Santa María de Jerusalén de Barcelona; turrones de la abuela del Convento Purísima Concepción o panes de cádiz de Las Hermanas Clarisas de Ávila.


También, dulces de la tierra del Cid del Monasterio de Nuestra Señora del Espino de Vivar del Cid (Burgos) y marquesitas de las Madres Dominicas de Toro (Zamora). Así hasta llegar a 144 variedades de productos de 31 conventos españoles en una exposición, en la que también hay representación aragonesa.


Este año, se han incorporado dos conventos oscenses: el Monasterio Santo Nombre de Jesús en Barbastro, que ofrece sus dulces "princesitas" y "glorias" y el Convento de la Asunción de las monjas Carmelitas de Huesca, con sus tradicionales pastas de limón.


A estos dulces divinos y aragoneses, se suman también las almendras reales del monasterio de la Inmaculada de Monzón (Huesca).


"Yo he comprado magdalenas de Jerusalén y una barrita de mazapán para regalar", ha afirmado María Luisa Rodríguez, acostumbrada a comprar este tipo de productos monacales allá donde viaja.


En cambio, María Luisa Ollero, que esperaba detrás su turno para pagar, ha explicado que es la primera vez que compra estos dulces navideños.


"Seguro que repite", le ha indicado la dependienta, quien ha apuntado que no ha pasado ni un solo cliente que haya comprado una sola caja.


"Todos se llevan más de una", ha resaltado.

Estos dulces no sólo van directos al paladar, sino que el dinero recaudado se destinará a sufragar los gastos de monasterios y los conventos de clausura, edificios con siglos de antigüedad a sus espaldas que requieren un gran mantenimiento.


"Hay problemas de humedad, goteras, frío, grietas..." y, en la mayoría de estas congregaciones de clausura, la venta de estos dulces artesanos son su principal fuente de ingresos, ha comentado el representante de los conventos organizadores, Miguel Ángel del Puerto.


Estos dulces divinos para sufragar la vida conventual se podrán comprar del 4 al 14 de diciembre en Zaragoza, segunda sede de Expoclausura después de Madrid, siempre que las existencias no se agoten antes. 


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