El Cantábrico, marisco con un alto nivel de exigencia

Esta marisquería de Zaragoza no ha aflojado el nivel de calidad de mariscos y pescados, algo de agradecer en estos tiempos de recortes y ajustes.

Las propuestas de El Cantábrico se articulan alrededor de género como el de esta fotografía.
El Cantábrico, marisco con un alto nivel de exigencia
HERALDO

La marisquería El Cantábrico está aguantando estos tiempos de dificultades sin modificar su línea de trabajo: la misma apuesta por la calidad que cuando abrió hace 17 años. El escaparate donde muestra sus mariscos y pescados es el mejor ejemplo. Ningún pero se le puede poner al género que allí aparece: cigalas de palo (más grandes que las de tronco), bueyes de mar de más de un kilo, gambones, langosta roja gallega, ostras holandesas, almeja fina de Galicia, nécoras vivas…


Alrededor de estos argumentos se articula la carta del establecimiento, donde se puede elegir entre el marisco que se sirve al peso, un apartado de raciones para el picoteo y la oferta de unos cuantos pescados salvajes.


Zaragoza es una plaza donde el marisco gusta más a la plancha que cocido, a diferencia del sur de España. Aunque no lo parezca, el punto de la plancha también requiere su pericia y en El Cantábrico lo tienen bien cogido. Fue uno de los primeros locales de la capital aragonesa donde las nécoras se pasaron por la plancha y hoy sigue siendo una de sus propuestas estrella.


Para hacerlas así es imprescindible que estén vivas, lo que da una idea de la calidad del género con el que se trabaja.


El gambón también es espectacular; protagonista, además, de una sencilla receta que llama la atención. Lo sirven a la plancha con uno o dos huevos fritos, al gusto del cliente, y la combinación de sabores y texturas es todo un acierto. La langosta roja gallega, de carne más prieta y sabor más intenso que la del Mediterráneo, es otro de los mariscos singulares. Y en esta categoría también se podría incluir a la almeja fina de Galicia. La más grande se sirve cruda con limón, mientras que la mediana encaja mejor en un guiso, a la marinera.


La lista de raciones para un picoteo informal es muy variada: mejillón de roca, sepia, cañaíllas, navajas, gambas, ostras… También se pueden elegir frituras para combinar con salmonetes, boquerones, puntillas y calamares, y una carta de pescados salvajes que habitualmente incluye la presencia de rodaballo, lubina, dorada y lenguado.


Lo que no ofrece El Cantábrico es la popular parrillada de marisco. Por lo menos, no como se entiende habitualmente: con todo el género saliendo al mismo tiempo a la mesa y sin que el cliente sepa muy bien lo que va a comer. En este restaurante cada comensal se la hace a su gusto y el marisco se ofrece por separado para que no se enfríe.


Y un último detalle: desde este verano la marisquería cuenta con una terraza exterior donde igual que en el interior se cuida el detalle de las mesas bien vestidas y se puede disfrutar de la carta de pescados y mariscos sin suplementos.

El Cantábrico

Pamplona, nº 17. Zaragoza.

Teléfono: 976 217 467.

Horario: 12.30 a 17.30 horas y de 19.30 a cierre. Domingo tarde, cerrado. 


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