Un menú bien trufado en el restaurante La Bastilla
En el momento álgido de la campaña de la trufa negra de Aragón, el restaurante La Bastilla celebra las VIII Jornadas de la Trufa hasta mediados de marzo.
El restaurante La Bastilla es uno de los establecimientos en los que la trufa negra tiene un lugar especial todos los años. El equipo de cocina que comandan José Ignacio Acirón y Leandro Casas han vuelto a presentar esta semana los platos que componen el menú de esta temporada.
Se abre con tres aperitivos: espuma 'Mornay' trufada, croquetas del cocido y boquerón del Bajo Aragón.
Los pases del menú propiamente dicho arrancan con una original cococha de tocineta de ibérico con pil-pil de trufa y navajas, para seguir con un estupendo y sabroso arroz cremoso de longaniza y setas de temporada con foie y trufa. Tras el arroz, otro alimento que congenia totalmente con la Tuber melanosporum: el huevo, en un plato titulado huevo-patata-tocino y trufa. Cualquier asomo de apetito que pudiera quedarle al comensal se sacia con una tierna carrillera de ternera glaseada al vino tinto, puré de manzana y requesón. El toque dulce y crujiente lo pone el arroz con leche, manzana y trufa.
La bodega elegida para acompañar tan suculento menú es Viñas del Vero, de la Denominación de Origen Somontano. Se sirve el blanco Chardonnay Colección y el tinto La Miranda de Secastilla. Con bebidas y complementos, el festín se sirve al precio de 40 euros (IVA incluido), con cafés y gin-tonic de London.
A la presentación del menú a la prensa especializada asistieron los hermanos Chema y Antonio Lasheras, propietarios de La Bastilla, y el equipo de cocina al completo, varios de cuyos componentes participaron la pasada semana en la cumbre gastronómica Madrid Fusión para presentar los resultados de una investigación de la Universidad de Zaragoza para limpiar e higienizar el hongo negro en los restaurantes.
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