Dar con la fórmula del éxito en la restauración de hoy en día no es sencillo. Pasa, sobre todo, por atinar con una propuesta diferente. Pero además de la diferencia hacen falta más cosas. Entre otras, una atrevimiento, experiencia, don de gentes y paciencia para que el proyecto cuaje.

Cruz 21 da la impresión de que va por ese camino. Esta especie de bocatería gourmet, que también combina el tapeo en barra elaborado al momento con una zona más tranquila para la ración, la tostado o la ensalada más reposadas, parece que ha dado con la tecla. Al menos en algunos aspectos resulta diferente a lo que tiene a su alrededor, en la plaza Santa Cruz, y ampliando el foco, en el corazón del Tubo.

A la hora de tapear, se ha apostado por una curiosa mezcla de tradición y novedad que se refleja, por ejemplo, en la combinación de la gilda de toda la vida con una pipeta que apenas contiene unas gotas de ginebra Gin Mare. Destilada con romero, albahaca y olivas arbequinas, la conjunción de sabores resulta realmente llamativa.

En Cruz 21 también hay que probar los buñuelos de bacalao y la interesante mezcla de ternasco desmigado, cebolla caramelizada y parmesano, envueltos los ingredientes en pasta brie, como si de un caramelo se tratase. Y una mención aparte merecen las patatas que llevan el nombre del local. Son de bocado y la ración se presenta en una especie de pequeña freidora metálica. Envueltas en carne picada macerada, su apariencia es la de unas mini hamburguesas.

Fuera de la barra hay más detalles que suman en esta línea. Las tostadas presentadas en pan de cristal son bastante habituales, pero no está muy extendida, por ejemplo, la idea de rebozar la pechuga de pollo de los bocadillos en panko. Con este pan rallado japonés se consigue un rebozado crujiente y nada pesado. También se ha apostado por curiosos bocadillos de sardinas y salmón, y las hamburguesas se pueden pedir de atún y de merluza con gambas.

En cuanto a las raciones, al lacón, por ejemplo, se le da un golpe de plancha de forma que queda tostado y con un punto crujiente, y dos de las propuestas más interesantes, pensadas también para compartir, son el risotto de verduritas y calamares y las albóndigas caseras.

El espacio de la barra no es demasiado amplio, pero en breve ganará un par de metros hacia la calle; una obra que permitirá a los clientes estar más desahogados. Y esta reseña casi se va a cerrar como empezó, con una referencia a la ginebra. Y es que en Cruz 21 apuestan por la coctelería y están decididos a popularizar el medio gin tonic para el vermú. Son muchos los expertos que coinciden en que es donde mejor encaja este combinado, en el aperitivo, y no después de comer o cenar.

Cruz 21

Plaza de Santa Cruz, 21. Zaragoza. Tel. 876 042 167.

Horario: de 12.30 a 16.30 y de 20.00 a cierre.

Domingo noche y lunes mediodía, cerrado.

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