Zaragoza acoge este sábado la V edición de la Cena en Blanco, un picnic clandestino y urbano que fue pionero en la capital aragonesa hace ya cinco años.

François Pasquier ideó la primera 'Dîner en Blanc' en París en 1988 con un pequeño grupo de colaboradores. 25 años después de aquella cita, la capital francesa ha celebrado recientemente este evento en el entorno de la pirámide del Louvre, con más de 12.000 invitados. Le siguieron otros destinos internacionales como Nueva York, Vancouver o Singapur, que se han adherido en los últimos años.

La capital aragonesa, aunque algo más modesta, también celebra esta cita veraniega, perfecta para empezar una historia de amor o disfrutar de una buena velada entre amigos. "Es un evento que siempre se hace entre colegas y se difunde vía email o whatsapp. Aquí somos pioneros en España, y de hecho hay mucha gente que estuvo en Zaragoza el primer año y luego se ha ido a sus ciudades de origen a organizarlo", explica Miguel Ángel, uno de los organizadores de esta iniciativa ciudadana.

El principal requisito -indican- es acudir al punto de encuentro vestidos de blanco. Cada invitado pone su cena, su mesa, su mantel, vajilla blanca y cristalería antes de comenzar la velada, cuyo lugar se desvela cinco minutos antes del acto (también por whatsapp) para "no perder la magia".

Quienes participan en la llamada 'Cena en Blanco' la describen como un evento "clandestino, gratuito y sorpresivo" que requiere, además de implicación, un poco de "civismo". Así, al terminar la cena los invitados tienen el compromiso de dejar la ubicación elegida en las mismas condiciones de limpieza en las que se la encontraron.

"Si hay algo en lo que meto mucha caña a los míos es en que lleven bolsas de basura y ceniceros para dejarlo todo bien recogido", cuenta Javier, otro de los participantes.

La plaza de los Sitios, el puente de Hierro o la plaza de San Felipe acogieron en ediciones anteriores esta cita popular y gastronómica que vuelve de nuevo a la capital aragonesa este sábado.

La magia de la Cena en Blanco

"600 invitados... y ninguno sabe dónde es la cena, ¡esa es la magia!", subrayan varios "jefes de mesa", quienes se encargan de recoger a los suyos a las 21.00. Minutos después, un mensaje de whatsapp les desvela a todos los participantes el lugar donde disfrutarán de una velada alternativa de cerca de tres horas.

Lo más bonito -puntualizan- es que en Zaragoza nace como una propuesta ciudadana organizada sin recursos y de forma gratuita, mientras que en ciudades como Barcelona lo organiza una empresa de eventos que cobra un precio elevado a sus invitados. "Aquí solo somos un pequeño grupo de entusiastas que sin ánimo de lucro buscamos un cuadro estético único en enclaves exteriores de la ciudad para pasar un buen rato", apunta Miguel Ángel, quien participó también hace cinco años en la 'Dîner en Blanc' de París, celebrada en los alrededores del Arco del Triunfo.

A su juicio, la ilusión y la implicación de todos los invitados justifican que también "sin dinero se pueden hacer grandes cosas".

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