A MESA PUESTA

Producto sin trampa ni cartón

Los Cabezudos es un establecimiento que ya forma parte de la memoria gastronómica de la capital aragonesa. Con una trayectoria de un cuarto de siglo, se caracteriza por su cocina basada en el producto de la mejor calidad.

Desde principios de este año, el restaurante Los Cabezudos viene celebrando su veinticinco aniversario con un ciclo de catas y maridajes por el que están pasando algunas de las mejores bodegas de España y del extranjero, sin que falten, por supuesto, varias aragonesas.


La última cita tuvo lugar en uno de los salones de este establecimiento esta misma semana y estuvo basada, nada más y nada menos, que en los champanes de la prestigiosa marca Veuve Clicqout y en los 'cognacs' de Hennessy.


La cata fue dirigida por Xavier Monclús, enólogo del grupo grupo Louis Vuitton Moët Hennessy. Con su colaboración, el cocinero del restaurante y su equipo confeccionaron un menú degustación perfectamente maridado con los mejores champagnes de Veuve Clicqout. Monclús hizo una pormenorizada explicación de cómo se elabora y cómo se degusta en toda intensidad un champán, incluso dio instrucciones para abrir una botella. Esta debe girarse por la base agarrando fuertemente el tapón con su bozal metálico y debe evitarse el ruido del corcho al salir del cuello de la botella.


Se analizaron todos los champanes con sus respectivos maridajes y hay que decir, de entrada, que el almuerzo fue excepcional.

GRAN MARIDAJE

Para empezar, se cató un Veuve Clicqout Brut con los siguientes frutos del mar: ostra gallega, almeja fina gallega, percebes y camarones también gallegos, cañaillas de Huelva y cangrejos reales de Noruega.


Se descorcharon después las botellas de Veuve Clicqout Rosé, con las que se acompañó un plato que contenía gamba blanca de Huelva, gamba roja de Palamós, langostino de Vinaroz y navajas y zamburiñas gallegas.


Posteriormente, se sirvió un soberbio 'Rodaballo al Orio con trigueros', que fue regado con un Veuve Clicqout Vintage Brut.

El siguiente pase consistió en un 'Solomillo de buey con piquillos artesanos', que armonizó a la perfección con el Veuve Clicqout Vintage Rosé.


El postre, compuesto por 'Ciruelas al cognac Hennesy sobre galletita de almendra belga' fue acompañado por el mismo licor Hennessy con que estaba elaborado el plato.


El almuerzo fue una clara demostración de que el vino espumoso de calidad y, especialmente el champán francés, es un acompañante perfecto para cualquier ágape, de principio a fin. Monclús resaltó el hecho cierto de que este tipo de vinos nunca ocultan las buenas cualidades de los platos, sino que, por el contrario, dejan que expresen lo mejor del producto. En el caso concreto de lo que se comió en esta celebración, estaba claro que los frutos del mar que abrieron fuego eran compañeros perfectos de estos grandes champanes.

PRODUCTO DE CALIDAD


Lo que degustaron los comensales fue, por cierto, una auténtica exhibición de buen hacer culinario en base a un producto de primera calidad. En lo que se refiere al marisco, en Los Cabezudos juegan con la baza a favor de tener en sus instalaciones tres piscinas de agua salada, que permiten que el marisco esté en su punto máximo de frescura.


Esta cocina basada en algunos de los mejores alimentos que pueden encontrarse en el mercado está exenta de muchos riesgos innecesarios, pues basta dejar que el protagonismo del plato descanse en los mariscos, pescados o carnes que, por cierto, se ofrecen en abundancia de variedades y preparaciones en la carta del restaurante, una de las más extensas que se pueden encontrar por estos lares.


Y el futuro va a ir en la misma dirección, según expresa Carlos Aroya, que ha ido tomando ya las riendas del negocio que le ha ido entregando su padre, Fernando Aroya. Apostando, además, por ofrecer la misma cocina de calidad que se da en el servicio individual a grandes grupos de comensales, pues el establecimiento se ha especializado en este tipo de acontecimientos, para los que ofrece sus amplios y bien equipados salones.


Su bodega está perfectamente preparada para cualquier tipo de reto culinario, lo mismo que su servicio de sala, que dio una demostración de coordinación y profesionalidad en este inolvidable almuerzo.