El medio rural busca el antídoto contra la despoblación

En las Cinco Villas crean la figura del tutor de acogida y algunos ayuntamientos intentan atraer vecinos con incentivos.

Diego, Irene, Rebeca, Israel, Rosa y Samuel, en el albergue de Calcena.
Diego, Irene, Rebeca, Israel, Rosa y Samuel, en el albergue de Calcena.
Heraldo

Un 21% de la población aragonesa está por encima de los 65 años, una cifra que ha ido en aumento desde 2008. La edad media de los habitantes de la Comunidad es de 44,2 (casi dos años más que la nacional) y el índice de envejecimiento se sitúa en 114,4 (21 puntos por encima del dato registrado en España). En el medio rural, la situación es aún más preocupante. Por eso y, aunque no existe una receta milagrosa para luchar contra la despoblación, las pruebas en el medio rural para dar con el antídoto son continuas.


La comarca de las Cinco Villas ha perdido 2.223 habitantes en los últimos cinco años, casi un 7%. Todos los municipios han perdido población y la densidad demográfica es de 3,7 habitantes por kilómetro cuadrado, salvo en Ejea y Tauste. Con estas cifras, la Asociación para el Desarrollo y Fomento de las Cinco Villas (Adefo) ha impulsado la constitución de la mesa contra la despoblación. El objetivo de esta iniciativa no es otro que fijar población y potenciar la instalación y acogida de nuevos habitantes.


«La situación es preocupante porque 26 de los 31 municipios se consideran un desierto demográfico y tienen un índice vegetativo negativo», explica la gerente de Adefo, Maite González. La asociación que dirige cuenta con un centenar de socios, entre ellos todos los ayuntamientos de la comarca. El primero en sumarse a la iniciativa ha sido Ejea de los Caballeros y el resto de pueblos irán haciéndolo después de aprobarlo en sus plenos. La idea es comenzar a trabajar a mediados de junio.


Los compromisos que adquieren los ayuntamientos participantes son: elaborar una relación de viviendas, locales disponibles y ofertas de empleo; informar de los servicios y equipamientos con los que cuenta la localidad, facilitar el contacto con aquellas personas que hayan llegado a vivir al pueblo en los últimos años, informar de los recursos públicos existentes para impulsar actividades, implicar a la ciudadanía y crear un equipo de tutores de acogida para acompañar a los vecinos y hacer un seguimiento del programa.


Adefo lleva muchos años colaborando con Abraza la Tierra en el asentamiento de familias, pero el resultado ha sido desigual. Los pueblos no siempre responden a las expectativas que se habían creado los nuevos pobladores. Y eso ha sido también lo que ha supuesto el fracaso de numerosas iniciativas para mantener colegios abiertos ofreciendo trabajo y alojamiento.


Entidades como la Asociación contra la Despoblación han tratado de poner en contacto a las familias interesadas en trasladarse al medio rural con localidades dispuestas a recibirlos. Los ayuntamientos, a título individual, también han intentado poner su granito de arena.

Las ayudas a la natalidad

Hay muchos ejemplos de este tipo y no siempre han salido bien. En Valtorres, en la comarca Comunidad de Calatayud, aprobaron un ‘cheque bebé’ con el que premiar la natalidad y una ayuda para libros para las familias que lleguen con niños en edad escolar. Este municipio, de 66 empadronados (según datos del Instituto Nacional de Estadística) perdió en el último año 21 habitantes.


En los próximos días, tal y como explica la alcaldesa de Valtorres, Marta Fernández, esperan adjudicar la gestión de la piscina de verano y el multiservicio. Una de las cuestiones que puntúa es que quienes lo lleven se establezcan en el pueblo.


El colegio cerró hace más de tres décadas y el próximo curso también se quedarán sin ruta escolar al colegio de Ateca. Los dos niños que la utilizaban desde este pueblo se marcharon en enero, aunque hay otros dos que entrarán al colegio en próximos cursos.


Por otra parte, el catedrático Francisco Burillo es el promotor del proyecto Serranía Celtibérica, área en la que incluyen municipios de diez provincias de cinco comunidades autónomas. El equipo de investigadores que trabaja en este proyecto ha exigido al Gobierno de Aragón en numerosas ocasiones medidas urgentes para tratar de frenar la despoblación y que haya pueblos que se queden desiertos. También tratan de captar fondos para zonas con baja densidad demográfica y equiparan esta área con Laponia.

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